Martinator regresa para aclarar muchas cosas y todos prometen intentar volver a enamorarse

Jorge Martín, en Brno.
Era la vuelta más esperada en el ‘paddock’ de MotoGP en varios años. Jorge Martín era perseguido a todas partes por cámaras, fotógrafos, periodistas, aficionados… casi como una estrella famosa de la televisión al salir de su casa.
Él iba saludando a todos con los que se cruzaba, eso sí, a toda velocidad, pues su agenda estaba cargada. Tuvo que visitar a los médicos para recibir el ‘apto’ para volver a competir, como todo aquél que retorna de una lesión, por mucho que el doctor Charte ya le viera en Barcelona hace poco más de una semana. “Está perfecto, todo consolidado”, certificaba el jefe de los servicios médicos del Mundial, quien, con todo, le hará un seguimiento.
Porque todos le miraban y le sonreían. Sabían por el calvario que ha pasado y en este certamen la solidaridad es amplia; más aún después del desgraciado fallecimiento de Borja Gómez en el JuniorGP. El madrileño desveló, en inglés, en una rueda de prensa para él solo, que hasta se había visto cerca de la muerte. “Nunca estás preparado para estar cerca de la muerte, para estar a punto de morir. Hay situaciones que llegan y no te lo esperas. Qatar fue muy duro”, llegó a proclamar con la mirada perdida.
Tuve que aprender a caminar
En ese hospital, tras las 11 costillas rotas después de ser atropellado por Di Giannnatonio, estaban María Monfort, su novia, y Ángel, su padre. Los dos también estaban con él en Brno. Ambos casi con lágrimas en los ojos al evocar los momentos vividos.
Pero eso ya es pasado. Jorge dice estar “mejor que nunca en toda su vida”, en lo físico y en lo mental. Alguna carrerita ya se dio en el trazado checo. “Estoy bien, estoy muy contento de estar aquí, porque muy poca gente se puede imaginar por lo que he pasado. Incluso yo, al final, te olvidas de cómo estaba hace cuatro meses, pero tengo que acordarme que estaba en la UCI, bebiendo zumos y tuve que aprender a caminar. Poder estar aquí otra vez, en una MotoGP, después de cuatro meses, es increíble”, evocó, ya en español.

Jorge Martín, en Brno.
Pero, además de esto, el vigente campeón tenía que aclarar muchas cosas sobre el conflicto mantenido con su actual fábrica en los pasados dos meses. Todo estalló en Le Mans, cuando se presentó, de incógnito, para decir a Aprilia que se quería ir en 2026, pero no le dejaron. Empezó una lucha que ha terminado con una paz… y el ‘1’ siguiendo con los de Noale.
Después de tantas lesiones, te replanteas tu vida entera
Razones del intento de fuga
El de San Sebastián de los Reyes expuso los motivos para ese intento de fuga. “¿Por qué me quería ir? No me quiero ir ahora. Creo que después de una lesión, después de otra, y una tercera peor aún, creo que te replanteas tu vida entera. Por ese replanteamiento, me replanteé moverme de equipo. Lo primero, en todo caso, tomé la decisión de querer probar la moto unas carreras, esto fue lo primero que quise hacer. Y al no ser aceptado esto, pues tuve que activar una cláusula que tengo en el contrato, que me permitía moverme. Luego, Aprilia esto no lo aceptó; hubo una disputa: ellos pensaban de un modo; nosotros, de otro. Ahí entramos en esa lucha, para intentar pelear por su posición”, recordó.
¿Por qué se queda?
Sin embargo, varias circunstancias han contribuido a su permanencia. “¿Por qué me quedo? Al final, no soy tonto, he visto que la moto funciona, he visto que el proyecto va para delante, confío mucho más ahora en el proyecto y en mí mismo para hacerlo. Obviamente, podría haber seguido con esta pelea mucho más tiempo, podría haber ido a tribunales, pero si algo tenía claro es que tenía que tener mi futuro resuelto antes de volver. Esto es lo más importante, así que ahora estamos aquí, de vuelta”, indicó.
Volver a enamorarse de Aprilia
Queda la duda de qué pasará ahora con los de Noale, porque Martinator dijo no arrepentirse de lo hecho y no creer que deba pedir perdón. Había frialdad en su trato con el ‘staff’ de Aprilia. Eso sí, Albert Valera, su mánager, el ‘brazo ejecutor’ de esa estrategia, ya sí entraba en su ‘hospitality’. Hay cosas que reconstruir, pero todos estiman que, poco a poco, lo lograrán. Los italianos están dispuestos a perdonarle… porque confían en éxitos futuros conjuntos; saben de su calidad y le ven plantando cara a los Márquez o al que sea en 2026.
El español también se da otra oportunidad. “Enamorarse, desenamorarse, volver a enamorarse. Creo que en todas las relaciones hay momentos de crisis, hay momentos donde si se aprovecha la situación, puedes salir más fuerte con tu pareja de lo que estabas antes. Esto es lo que estamos haciendo, aprovechar esta situación. No puedo hacer como si no hubiera pasado nada ni Aprilia tampoco, pero lo que podemos hacer es construir juntos de cero y empezar a crecer para el potencial que creo que podemos tener para el futuro”, lanzó.