El octocampeón no oculta que tendrá más presión de lo normal en su estreno con el equipo oficial de Ducati
Marc Márquez, ensimismado, en su box.
Llegó el momento tan esperado por Marc Márquez. Al fin se va a estrenar con el equipo de fábrica de Ducati. En el trazado de Buriram (Tailandia) correrá sus dos primeras carreras (el sprint del sábado y la prueba larga del domingo) vestido de rojo. Y lo cierto es que el ’93’ no puede estar más motivado. Sabe que está ante una gran oportunidad de alcanzar la cifra de títulos a Valentino Rossi. El de Tavullia se retiró con nueve trofeos en su palmarés.
Desde 2020, el leridano persigue el sueño de nivelar la balanza, pero aquella maldita lesión sufrida en Jerez truncó sus sueños. Los de ese año y los de cuatro siguientes. Por eso, el octocampeón está hasta intranquilo. Es consciente de que no puede fallar. Y la presión aumenta si se tiene en cuenta que está obligado a empezar bien para no incrementar el estrés de partida. Lo bueno para el de Cervera es que en los test disputados en la pista donde empieza el certamen firmó el mejor crono y encima demostró un demoledor ritmo en el simulacro de carrera. Eso que tiene ganado de antemano.
Marc, concentrado.
Todo este exceso de responsabilidad puede pesarle, algo que sabe el propio Marc, cuyo estreno con el equipo oficial de Ducati acapara el mayor número de miradas de los que siguen el Mundial de motociclismo. “Estoy un poco más nervioso de lo habitual porque el primer gran premio de la temporada siempre es especial. Estoy contento de correr en Tailandia, llegamos tras una buena pretemporada y con una buena base. Hemos trabajado realmente bien con el equipo. Es verdad que las carreras son diferentes, hay que estar atento a todo, pero tengo muchas ganas de empezar y de hacerlo bien”, confiesa el corredor de 32 años en un comunicado distribuido por la escuadra de las motos rojas.
Pretemporada positiva… pero no perfecta
Precisamente su gran rival es su vecino de garaje. Pecco Bagnaia, que ha sido la estrella del cuadro de Borgo Panigale en los últimos años, asume que este año le han colocado un morlaco como compañero de fatigas. “El primer gran premio de la temporada es un momento especial, una carrera un poco diferente a las otras. La pretemporada ha sido positiva, no perfecta. Pero hemos trabajado mucho para tener la moto en las mejores condiciones posibles y tomar las decisiones más sólidas en cuanto a desarrollo. Desde el viernes empieza la hora de la verdad en un trazado que me gusta y que en los últimos años ha sido favorable para las características de Ducati. No veo la hora de empezar”, concluye el tricampeón mundial horas antes de que arranque el Mundial de MotoGP en el Circuito Internacional de Chang. Y no olvidemos que el de Chivasso se impuso en Buriram el curso pretérito. Parte con esa ventaja psicológica, un hecho que evidentemente tiene en mente Marc…