La ‘Scuderia’ rescata un 5º y 6º, pero se queda claramente atrás en la batalla por la cabeza de las carreras
Ferrari, en Canadá.
Cuando la cosa no va bien, el mundo parece que hace todo lo posible para que la dirección incorrecta siga siendo la dominante. Eso debe pensar Ferrari. La ‘Gestione Sportiva’ de Maranello vivió un domingo en el que pasó de la posible alegría a la desilusión, tal y como titula la siempre contundente prensa italiana. Primero, ganó en Le Mans con el coche privado (de aquella manera) en el que Robert Kubica mantuvo un nivel estelar. Pero sus oficiales, con el rojo característico, no lo hicieron. Y todo se torció en el Gran Premio de Canadá, con un 5º y 6º que les deja, de nuevo, en tierra de nadie.
El balance no es negativo, pero el equipo italiano se vio lejos de la pelea por la cabeza de carrera. Solo intentaron algo diferente con las estrategias de Charles Leclerc, mientras que Lewis Hamilton vivió como el universo conspiraba contra su desarrollo. De la forma más inesperada, pues arrolló a una marmota que cruzaba el circuito y comprometió al SF-25 al límite. En la imagen se aprecia como ocurre el atropello y el británico no se lo podía creer. “La gente me está contando que era una marmota. Estoy destrozado al escucharlo porque me encantan los animales”, explicó después. Nada sale.
La gente me está contando que era una marmota. Estoy destrozado al escucharlo porque me encantan los animales
Hamilton, con todo y con eso, salvó una carrera que pudo torcerse y ahí reside su mérito. Para Leclerc, con las ideas de estrategia, el caso fue diferente y el monegasco se bajó muy enfadado del coche. “Quiero Plan C”, pedía por la radio. Su equipo le montó otro duro y el piloto no daba crédito. “No entiendo la decisión”, expreso. Con una respuesta que explica todo desde su muro. “Es el plan B”, cerraron. En su defensa, no podía optar a mucho más y colecciona puntos interesantes.
Leclerc, en acción.
En tierra de nadie
Pero el SF-25 sigue en tierra de nadie. No tuvo tan mal balance entre el sábado y el domingo como ocurrió en otros Grandes Premios, pero se quedó, claramente, 4º y lejos de cualquier oportunidad para ascender. Rendimiento en mano, estaba a unas tres décimas del ritmo de Mercedes, a más de dos del tercero más rápido, McLaren. La telemetría ofrecida por F1BigData señala como Ferrari y su 1:15.859 medio se queda en una situación en la que no puede optar a nada mejor… ni a nada peor.
Aunque las sensaciones son extrañas. Ya entrando en Canadá se observó como las aguas bajaban turbias desde Maranello, pues la prensa italiana señaló a Vasseur y explicó que el futuro de Leclerc estaba en entredicho. Y en pista no llegó al rendimiento de buenos GP como Mónaco o Barcelona, con enormes rendimientos del monegasco.
Hamilton, en box.
Hay tensión. Estás en una batalla con condiciones como estas y no das lo mejor de ti. Los pilotos y nosotros cometemos errores, pero no todo está en mis manos. Necesitamos calma y serenidad si queremos dar lo mejor de nosotros mismos
“Hay tensión. Estás en una batalla con condiciones como estas y no das lo mejor de ti. Los pilotos y nosotros cometemos errores, pero no todo está en mis manos. Necesitamos calma y serenidad si queremos dar lo mejor de nosotros mismos”, afirmó Vasseur. No teme por su puesto. “Ferrari me apoya, se ha generado un falso problema. Todos queremos ir en la misma dirección”, cerró el galo.
En el global del curso, Ferrari va camino de igualar el curso 2023, cuando no ganó hasta la victoria de Carlos Sainz en Singapur ante una Red Bull que estaba en otra dimensión. Ya van 10 carreras en 2025 y la única alegría fue de Hamilton en el sprint de China. Queda muy lejos.