Jos Verstappen también relaciona, directamente, la marcha del genio británico con la caída de rendimiento del coche en la segunda mitad del año pasado
Verstappen se abraza con Newey, en un Gran Premio de 2024.
Los problemas de manejabilidad y versatilidad del Red Bull RB20 se hicieron evidentes cuando Max Verstappen dejó de ganar carreras en el verano de 2024 y cuando Checo Pérez ya no pudo subir al podio después de la sexta carrera (de 24) que se celebró en Miami. En la fábrica de MIlton Keynes han tenido deberes este invierno, para solucionar ciertos problemas de correlación entre el túnel de viento y la pista, que se teme que podrían trasladarse directamente al coche de 2025.
El padre del vigente campeón, Jos Verstappen, duda abiertamente de que Max tenga un monoplaza capaz de ganar el quinto título consecutivo. “Red Bull necesita construir un coche que sea más fácil de predecir en todas las circunstancias. Si nos fijamos en la segunda mitad de 2024, no podemos ser optimistas, simplemente no lograron que el coche fuera consistentemente rápido. Entonces, ¿por qué debería ser distinto este año?”, manifiesta en unas declaraciones a ‘German F1 Insider’.
En las quinielas se señala que McLaren y Ferrari partirán como los coches dominantes, en un año de continuismo y donde los esfuerzos estarán centrado en pocos meses en el cambio de reglamento y de coche para 2026.