España llega con dos vencedores en Melbourne, mientras Piastri y Doohan buscan romper la maldición ‘aussie’, que tampoco lograron romper Webber o Ricciardo

Carlos Sainz, con el trofeo de ganador en el GP de Australia 2024
La F1 ofrece ese tipo de recovecos estadísticos que son difícilmente explicables. Uno de ellos atañe a la cita inaugural de 2025 en el Gran Premio de Australia, a la que el automovilismo español llega por primera vez con dos vencedores en Melbourne.
Fernando Alonso abrió su palmarés en 2006, al ganar en la tercera carrera de aquella temporada. Llegaba de un fulgurante inicio con triunfo en Bahréin, con el R26, luego un segundo en Malasia y certificaba otra victoria en Albert Park, en lo que suponía ir encargando el segundo título Mundial consecutivo del español.
Carlos Sainz, con la victoria de 2024, sólo 14 días después de ser operado de apendicitis, logró una de las gestas más increíbles de los últimos años. Ya fue especialmente loable que, con una herida suturada en el abdomen, pudiera ser segundo en parrilla, sólo superado por Max Verstappen, pero el domingo, tras la avería del Red Bull en el inicio de carrera se escapó y puso un ritmo increíble con el que nadie pudo seguirle.
La hazaña supuso que un país relativamente pequeño para la F1 como España, tenga dos ganadores en Albert Park, está muy por delante en esta plaza de Australia, con larga tradición, 20 pilotos en la historia, cuatro títulos Mundiales (Jack Brabham (3) y Alan Jones) y 42 victorias en Gran Premio. Y pese a ello ,nunca han podido ver subir a ninguno de los suyos en el podio desde que la carrera se disputa en Melbourne, en 1996.
Estuvieron a punto en 2014, cuando Daniel Ricciardo fue tercero, pero su Red Bull fue descalificado por una irregularidad en el flujo del combustible. También lo acarició Mark Webber, con un cuarto puesto en 2012, pero se retiró sin poder alzar un trofeo en casa.
Piastri y Doohan, a romper la maldición
Y sin embargo, Oscar Piastri, representado por el propio Webber, es uno de los favoritos a la victoria este domingo, pues llega con el coche más aclamado, el McLaren MCL39, según todos los pronósticos. Tiene en su mano romper la maldición que dura casi 30 años.
El otro candidato es Jack Doohan, una de las cenicientas de la parrilla, dado por defenestrado en favor de Colapinto antes de arrancar la temporada, pero que llega con un Alpine que se mostró sorprendentemente rápido en los test de Bahréin. Sería una gesta para el hijo del mítico Mick Doohan, llevarse un trofeo en su primera aparición en casa como piloto de F1.
En su caso, un podio este fin de semana está tan difícil como el de Carlos Sainz en su debut con Williams o de Alonso con el AMR25, salvo un paquete de mejoras de última hora sobre lo visto en la pretemporada. Parece que la mala racha australiana se puede romper y que la española deberá esperar a 2026 para seguir creciendo, pero en la F1 nada está decidido de antemano.