Redobla la apuesta, con un monoplaza totalmente nuevo para Hamilton, en el último año de este reglamento
En las fotos iniciales ya se veía un coche muy cambiado respecto a su predecesor, pero en la comparativa de los detalles, se ve que Ferrari ha echado el resto con el SF-25, el que le servirá a Lewis Hamilton para estrenarse con la firma del ‘cavallino’.
No hay duda de que en Maranello han apretado el paso, en una apuesta clara por alcanzar el título mundial. Fue el coche que a partir del verano, sobre todo Holanda (última semana de agosto), momento en el que pasaron a ser los mejores en la degradación de los neumáticos y el coche más sólido en el cambio entre diferentes trazados. Esas virtudes son las que quieren mantener, mejorando si cabe el rendimiento a una vuelta que tuvieron hace un par de años. Estirar la famosa manta corta que en la F1 del efecto suelo ha sido muy evidente para casi todos, salvo para Red Bull.
Rediseñado de cabo a rabo
El morro, más corto y aplastado, la suspensiones delanteras y la geometría de los triángulos frontales, el inicio del suelo, al estilo Red Bull, como los pontones mínimos, retrasados y elevados. La atención a la aerodinámica y a los beneficios que les ha traído a McLaren y Red Bull en los últimos tiempos parecen ser el nuevo caballo de batalla para el equipo técnico dirigido por Loïc Serra, después de la salida de Enrico Cardile hacia Aston Martin.
Llama la atención la altura vacía entre el suelo y la zona de los laterales, algo que en Ferrari no se había explotado demasiado en los últimos años y donde McLaren, en palabras de su director Andrea Stella, “hemos encontrado un margen de mejora realmente importante en esa zona”. Era la explicación que daban para ilustrar el ‘milagro papaya’ a partir de Miami 2024. Ahora en la Scuderia quieran ponerse en ese nivel de ganancia, sin olvidar la degradación de los neumáticos, su punto realmente fuerte.
Las mejoras del Ferrari no se quedan en la parte central del coche, porque en la trasera también se ve un nuevo tobogán de bajada hacia el suelo y la parte del ‘beam wing’, que cae de forma súbita y no prolongada como el anterior. Fue una de las seña del McLaren del año pasado que muchos están imitando, como el mismo Williams.
La tapa del motor también ha sido cambiada por completo, dejando la pronunciada cresta en un esbozo con pequeños dientes de sierra.
Y aún así mantiene algunas señas de identidad, como la toma de admisión triangular, en lugar de la ovalada que se ha impuesto en el resto de equipos, que se divide por dentro en ese triángulo y conductos de refrigeración para el motor.
Muchas novedades para un equipo que ha tenido todas las tendencias, de más a menos (2022), de menos a más (2024), y de menos a menos (2023), pero que desde Fernando Alonso (2010 y 2012) no ha luchado por un Mundial hasta la última carrera. Esa es la idea en 2025, estar en la pomada de principio a fin con Leclerc y Hamilton.