No quieren pensar en cuándo lo cerrará y ya ni tienen que decirle que no exagere para evitar errores
Marc Márquez, con Ducati celebrando su victoria en Brno.
La sintonía entre Marc Márquez y Ducati va en aumento a una velocidad casi tan grande como su ventaja en la clasificación general del Mundial de MotoGP. Los ha cautivado con su carisma y excelentes resultados. Van de fiesta en fiesta y su buen humor es contagioso. Han encajado y su carácter extrovertido, cuando toca, sumado a la seriedad y serenidad que ha ganado con los años casan muy bien con la responsabilidad para con el trabajo de la casa de Borgo Panigale, pero, también, con su capacidad para magnificar la alegría.
En Brno, fue la enésima exposición de todo. Desde Gresini, el octocampeón ha aprendido a celebrar casi todo, fruto de sus años de sequía, y en el Ducati oficial ansiaban este dominio infinito… regado con Prossecco. Ya no son sólo aplausos, abrazos o palmaditas en la espalda. Hay bailes, gritos, bromas…
Dentro de esta ‘locura’, si Davide Tardozzi, el jefe de equipo, es el más pasional; Mauro Grassilli, el director deportivo, es el más racional o analítico. Observa, escucha a todos, pero también se emociona.
Marc Márquez, en el podio de Brno.
Por eso, el ejecutivo italiano no se deja llevar ni por la euforia de los datos después del quinto doblete consecutivo del ilerdense, algo nunca hecho por ningún piloto ‘ducatista’. No se aventura a decir que el de Cervera es ya el mejor participante de Ducati de la historia, aunque por dominio sí lo sea. “Siempre es difícil decir quién es el mejor piloto de Ducati, porque cada campeonato, cada año, es diferente. Es difícil comparar años y competidores. Por eso, me cuesta decir que es el mejor piloto Ducati. Puedo decir, eso sí, sin duda, que este año es el mejor piloto Ducati, pero no lo consigo poder decir más”, afirma a MARCA. Todo llegará porque el 93 va camino de pulverizar los registros de Casey Stoner, Pecco Bagnaia, Jorge Martín o Loris Capirossi.
Confianza ciega
En el garaje ‘ducatista’ ya hasta confían tanto en el leridano que se han dado cuenta de que él mismo aprendió de sus errores en Austin y Jerez y no hace falta insistirle en que no se relaje. “Puedo decir que él es tan profesional, que él mismo consigue controlar su velocidad, su manera de afrontar el fin de semana de carreras. Naturalmente, nosotros estamos aquí para ayudarlo, pero él es un profesional con muchísima experiencia. Él mismo nos lo dijo por la mañana: ‘Cada carrera se empieza de cero, que no es que porque hay ganado la anterior es favorito en esta’. Nosotros tenemos que darle el máximo para que en cada carrera pueda intentar ganar”, asevera.
Marc Márquez adelanta a Bezzecchi en carrera.
La simbiosis es tan grande ya que el mayor de los Márquez los ha contagiado su ‘fobia’ a especular con éxitos futuros. Si el líder de MotoGP no quiere ni meditar en cuándo atará la corona, la escuadra ‘rossa’ lo secunda. “Por superstición no lo pensamos. Nosotros, por superstición esperamos a cuándo esté cerca, a cuándo sea casi cierto. Por el momento, no lo estamos pensando. De verdad que no lo estamos pensando, créeme”, certificaba.
Ducati ve mejor a Pecco Bagnaia
Pero, como casi siempre, si Marc es la cara; Bagnaia es la cruz. Fue cuarto, pero en Ducati no desesperan y estiman que está viendo la luz. “Le he escuchado en el ‘breafing’ (reunión) y decía que al principio fue muy bien, en la mitad fue difícil y que, al final, volvió. Digamos que el camino es el correcto. Nosotros, como equipo, tenemos que estar lo más cerca posible de él y hacerlo para que él siempre tenga el mejor apoyo por nuestra parte. Creo que es cuestión de ‘feeling’ (sensaciones). Él ya está esperando encontrar el ‘feeling’. Siempre dice que le falta alguna cosita para ser el Pecco Bagnaia que nosotros conocemos, pero yo veo que su manera de afrontar una carrera tras la otra va mejorando, yendo en la dirección adecuada. También en Brno demostró ser un campeón, porque, en realidad, creo que si hubiera tenido alguna vuelta más, habría llegado a Acosta y, quizá, lo habría superado. A posteriori es fácil hablar, pero creo que va en la dirección correcta”, cerraba.