El equipo británico vivió dos momentos conflictivos durante el fin de semana que limitaron las oportunidades del español en Ímola
Sainz, por delante de Tsunoda.
Carlos Sainz cruzó la línea de meta del Gran Premio de la Emilia Romagna en 8ª posición, pero el sabor no era tan bueno como el de otras carreras. Había sido un fin de semana tremendo, el madrileño había dado su mejor vuelta desde que forma parte de Williams (confesado por él mismo), pero dos errores, especialmente el del domingo, empañaron un mejor resultado. Un 5º factible y quizá algo más en la locura con los coches de seguridad.
Sainz, en carrera.
La realidad es que Sainz va encontrando el punto al Williams. Ya dejó claro en Miami que le daba pena no seguir evolucionando el FW47 para optar algo más. Pero el coche es bueno y el trabajo a destajo del español tiene sus frutos. Superó en clasificación a los Ferrari, a un Red Bull y a un Mercedes. Y encadenó la cuarta qualy seguida en la que Hamilton, que le quitó el asiento en Maranello, ni se acercaba. Pero faltó algo más en cada sesión.
En la clasificación pudo la valentía. Esperaron a salir y partió con tan poco tiempo a la Q3 que pasó de ‘punto’ a sus neumáticos en la vuelta de clasificación. Se le escapó alguna décima -el soñado 15,1- que le podría meter 5º o incluso mejor. Aun así, era su mejor momento a una vuelta, en un circuito que exige no fallar con las complicaciones que tiene.
Peor fue lo de la carrera. Se abrieron dos abanicos estratégicos: el de parar pronto o el de guardar calma. Williams eligió que Sainz, mejor clasificado, entrase pronto y mantuvo a Albon en pista. Carlos, entonces, tuvo que luchar con el tráfico y remontar, una y otra vez. Mientras tanto, el británico-tailandés se destacó y cerró la carrera soñando con el 4º. Solo una jugarreta de Leclerc estropeó el balance -un 5º, aun así-.
Carlos Sainz, en los libres del GP de Emilia Romagna.
“En carrera por A o por B siempre nos pasa algo”, decía Sainz. Que puntuó, pero no llegó al siguiente salto. “Da rabia porque tenemos el ritmo y la velocidad”, decía. Fueron dos errores mínimos que cambiaron un 4º soñado por un 8º que es buen resultado pero no es, lógicamente, lo mismo.
En carrera por A o por B siempre nos pasa algo
Le tocará afianzar las buenas sensaciones en Mónaco y Barcelona, bastante diferentes entre sí. Allí Sainz y el trabajo de equipo de Williams aparecerá. Con esa máxima que el madrileño respeta. “Soy un hombre de equipo y paro si me dicen que pare”, cerró.