La crisis financiera parece no afectar al programa deportivo de los austriacos, con los que Dorna está “negociando la renovación del acuerdo″, como desvela Carmelo Ezpeleta.
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Qué pasará con el futuro de KTM ha sido una de las preguntas más repetidas desde que comenzó el año. La marca austriaca anunciaba una crisis financiera que ponía también en jaque los proyectos deportivos (entre ellos el de MotoGP); respetando su vigencia en 2025. Así lo hizo saber la audiencia de acreedores que gestionaba las dificultades de los de Mattighofen, pues anunciaron que contemplaban la salida de la competición como parte de un plan de recorte de costes. Sin embargo, lograron un plan de reestructuración financiera que no solo ha saldado de inmediato el 30% total de la deuda (en torno a 2.200 millones de euros) a la que se enfrenta la marca, sino que también parece haber salvado el futuro en las carreras.
Ese alivio de la presión financiera es una buena noticia en todos los ámbitos para KTM. Y de hecho ha tenido efecto inmediato en el porvenir de la marca, como reconoció Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna, en Motosprint.it. El directivo español admite que la situación financiera por la que atraviesan los austriacos le resulta inquietante: “Me preocupa, porque no me gusta que un equipo esté en esta situación”. Sin embargo, este bache por el que atraviesan los de Mattighofen parece que ya no compromete su continuidad en el MotoGP: “Al mismo tiempo, no estoy preocupado por el sector de competición y la participación de la marca en el Mundial, en absoluto”. Porque la realidad, es que ambas partes ya han comenzado las negociaciones para ampliar su acuerdo más allá de 2027.
El final de los contratos actuales entre los fabricantes con el Mundial coincide con el cambio de reglamento. Y que KTM se veía formando parte de esa nueva era en MotoGP, era algo que ya deslizó Pit Beirer, el responsable de competición, durante la presentación del proyecto 2025. El directivo austriaco aseguró que ya estaban trabajando en el motor para la temporada 2027 (cuando la cilindrada se reducirá a 850cc) y las palabras de Carmelo Ezpeleta, dan fe al compromiso de los de Mattighofen con el campeonato: “Estamos negociando en este momento con el Grupo KTM para la renovación del acuerdo que irá desde 2027 hasta 2031″.
La planificación técnica de KTM también tiene en cuenta la nueva reglamentación que regirá al Mundial a partir de 2027. Pero apostar por esa continuidad, en estos momentos puede obligar sacrificar en cierto modo el presente de los austriacos en la categoría reina. A pesar de que Beirer señaló en ServusTV que “los próximos dos años serán decisivos para la marca en MotoGP”, la realidad es que en este curso se limitarán los wild card (para limitar los gastos). Esa medida es la más sonada en torno a su participación en la máxima cilindrada a corto plazo, pero no es sinónimo de una detención del desarrollo. Pues todos sus pilotos han comprobado de primera mano en la fábrica, que el compromiso por llegar a lo más alto permanece intacto.
“Todo el paddock desea tener a Acosta”
KTM sigue pensando en ganar el Mundial como afirma Beirer: “Nuestros objetivos en MotoGP no han cambiado. Ese es nuestro gran reto y trabajamos muy duro para lograrlo”. Entre su alineación de pilotos destacan a un Pedro Acosta, que les sirve como baremo para saber cuál es su potencial: “Con él, tenemos una gran oportunidad porque hace las cosas de manera especial y mejor que los demás, algo que podemos ver en los datos. A través de él, debemos demostrar si tenemos lo necesario para ser campeones del mundo en MotoGP o no”.
Los de Mattighofen tienen “al diamante en bruto más joven y que todo el paddock desea tener”, como recuerda el dirigente austriaco. Pero saben que depende de ellos que el español siga confiando en el proyecto: “Tenemos que establecernos definitivamente (en cabeza) y luchar con regularidad por el podio. Si no lo hacemos, no podremos retener a los mejores pilotos”. Que Acosta les eliga una tercera vez, está en sus manos.