La firma de Carlos González
Checo y Helmut Marko, en una imagen de archivo
Helmut Marko sigue con su verborrea habitual. Checo ya no está en Red Bull, pero este señor sigue empeñado en atacarle en cuanto puede. Lo que tiene que hacer es olvidarse ya de Sergio, que bastante daño le ha hecho en estos últimos dos años en Red Bull.
Ahora sólo busca excusas cuando tiene que justificar la elección de Liam Lawson como el piloto que va a competir junto a Verstappen en Red Bull. Lo más gracioso es que, lógicamente, no cuenta la verdad.
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Yo no sé si Lawson es un futuro campeón del mundo o no, pero sí sé porque les molestaba Checo, especialmente a Helmut Marko. Todo tiene que ver con lo que sucedió hace ahora dos años cuando el mexicano se convirtió en un rival directo de Verstappen en la lucha por el Mundial. Esa competitividad no gustó a parte de Red Bull, especialmente a Marko, que desde entonces lo único que hizo fue desacreditar a Sergio cada vez que pudo.
Nadie va a discutir la calidad de Verstappen, pero por eso no necesitaba gente a su alrededor poniéndole zancadillas a un Sergio que, desgraciadamente, después pagó muy caro toda esta tensión. El mexicano es el principal culpable de que después las cosas no funcionaran, pero la hipocresía de Marko da risa, cuando jamás ayudó a Sergio. Más bien todo lo contrario.
Ahora defiende el cambio de Lawson por Checo, pero a lo único que obedece es a que se trata de un piloto muy joven, sin experiencia y que, en principio, no está para plantarle cara a Verstappen. Si a Lawson se le ocurre hacerle alguna jugarreta a Max, entonces veremos qué dice Helmut Marko. A Checo le sentenció cuando éste puso contra las cuerdas al neerlandés. Esa es la realidad.