
Marc Márquez, en posición zen en el podio de Tailandia.
No va más en el todo al rojo de Marc Márquez. El ocho veces campeón del mundo empezó el camino hacia el noveno con un gran premio de ensueño, inmejorable. Todo lo que podía salir bien, salió mejor. Ganó en su estreno de rojo, en el debut en el equipo Ducati oficial, algo que sólo había hecho Casey Stoner en 2007… cuando fue campeón. Lo hizo en Tailandia, donde ató su octava corona, en 2019 y es líder de MotoGP 1932 días después. Tras vencer el Sprint ya lo era y ahora lo consolida.
Sólo eso bastaría a cualquiera para estar en una nube, pero algo hizo aún más especial todo. Fue el hecho de que su hermano Álex terminara segundo, como en la cita del sábado.
Histórico
Nunca en toda la historia del Mundial, en la clase reina, en 75 años de historia, que se dice pronto, dos hermanos habían terminado en lo más alto del cajón de una carrera. Los Aoki, Nobuatsu y Takuma, fueron segundo y tercero, en Imola en 1997, como hicieran los Salatino, Eduardo y Juan en Argentina en 1962. Eso ya lo igualaron los Márquez en Sachsenring (Alemania), en 2024, pero en Buriram llegó el éxtasis para ellos.

Álex, delante de Marc.
El ‘93’ tiene al ‘73’ como mejor amigo, compañero de casa, de entrenamientos… y mil cosas más que su hermano. Por eso casi derramaba alguna lágrima. “Creo que es el mejor fin de semana de mi vida, mejor que cuando los dos fuimos campeones en diferentes categorías”, proclamó refiriéndose a 2014 y esa cita en Valencia, cuando el menor amarró el entorchado de Moto3, pues el mayor ya lo había sido de la máxima categoría. “Aquello estuvo muy bien, pero esto es la clase reina, no tenemos nada más”, añadió.
Inolvidable
El octocampeón estaba abrumado por las emociones. “Estoy muy contento por empezar así esta nueva etapa, pero este fin de semana es cojonudo, es un sueño, es algo increíble, no puedo pedir más. Si le preguntas a Álex, te dirá que cambiar, pero pasará este año, porque está yendo muy rápido y seguro que le llegará una victoria y por qué no luchar por un Mundial, porque es capaz de todo, pero la familia Márquez Alentá este fin de semana no lo va a olvidar nunca porque no hay más, estamos en MotoGP, con los mejores pilotos. Sólo faltaba uno, Jorge Martín, pero ha sido un fin de semana normal, en seco y hemos sido los más rápidos, así que eso queda ya ahí, no nos lo quita nadie”, soltaba.
Juegos
Como siempre con Marc hubo algo de controversia. En este caso, por su forma de actuar. En la vuelta 7, se dejó pasar por Álex para colocarse detrás y que le subiera la presión de su goma delantera. El reglamento dice que si es muy baja el 60 por ciento de las vueltas, hay 16 segundos de sanción. Él ya lo sufrió en 2024. Pecco Bagnaia no se lo creía del todo: “Ha jugado con nosotros, podía haber ganado por cinco segundos”.
Su vecino de box lo negó. “He visto la presión, que me iban a penalizar, estaba muy justo y he decidido, como tenía el margen este de dos-tres décimas por vuelta durante gran parte del fin de semana, asegurar, ponerme detrás y atacar en las tres últimas vueltas, cuando se ha completado el mínimo de vueltas con la presión correcta. No es que haya jugado, simplemente ese extra de velocidad me ha permitido gestionar esa situación”, aseguró.

Marc, regado por Gigi Dall’Igna, CEO de Ducati Corse.
Álex sí sostenía esa versión. “Al principio, pensé que era una bandera roja, pero, luego, pensé que igual él tenía un problema, porque yo los tenía, pero vi que quizá había bajado por la presión. Así que me desconcentré un poco, al no tener esa referencia ni en la de la pizarra. Si me hubieran dicho que acabaría segundo los dos días, lo habría firmado. Es un inicio súper positivo. Hay carreras en las que sufres mucho, pero te enseñan cómo gestionar, cómo llevar la moto correctamente. Fue la carrera perfecta, sin cometer errores. Estoy muy feliz. Aún estamos algo por detrás en nuestro nivel por detrás de Marc y Pecco, pero esto nos da una buena base”, expuso.
El disgusto de Pecco
En el fondo, el turinés estaba disgustado. “Por desgracia, yo tuve distintos problemas en el test, que no puedo decir, pero que no me permitieron completar un trabajo de adaptación a la moto y que nos han llevado hasta aquí. No estoy contento con este resultado, porque no estoy aquí para ser tercero, no me gusta. A la próxima vamos a hacer el trabajo diferente para intentar luchar por la primera posición”, admitió y advirtió.
Si uno era la cruz; otro era la cara. Por supuesto, la cara sonriente, la que todos recuerdan del Marc ganador, el que le ha llevado a alcanzar ya las 89 victorias en el Mundial, a una de Ángel Nieto, con 63 en MotoGP. Y los 112 podios en la mayor categoría, como Dani Pedrosa. No ganaba la carrera inaugural desde 2014… cuando arrasó para ser campeón.
Historia por hacer
Los Márquez ya han hecho historia, pero puede hacer más (y la hará). Se trata de no dejarse llevar por la euforia y lo sabe. “Evidentemente, cuando estás en el mejor equipo, con la mejor moto, pues fichas para intentar estar delante. Sabiendo, y siendo siempre realistas, que he llegado a un equipo donde tengo un compañero de equipo que será muy fuerte toda la temporada, que ha luchado por el Mundial los cuatro últimos años, había mucha expectación, en la primera carrera siempre hay esos nervios diferentes, pero tengo ese sentimiento de que no me hace falta demostrar nada a nadie. Simplemente, si algo gordo viene, bienvenido será; si no, la vida continúa y no me cambiará nada”, concluyó.