Las bajas presiones en su neumático delantero le pudieron costar 16 segundos de sanción
Marc Márquez, tras Álex, en Tailandia.
Todo fue felicidad para Marc Márquez en el GP de Tailandia de MotoGP, pero pudo haber acabado mucho peor… y él lo supo en todo momento. Increíblemente, la ‘culpa’ residía en que tenía que dar calor a su neumático delantero… cuando había 36 grados en el ambiente y nada menos que 50 en el asfalto.
¿Y cómo puede ser esto? Pues por una regla hecha por seguridad que condiciona las carreras de los pilotos. Michelin, el proveedor de gomas, sólo recomienda que vayan por encima de la presión mínima, que se fija para cada gran premio.
Ese límite debe estar entre 1.6 y 1.8 bares en la goma delantera y 1.65 en la trasera. En Buriram era, exactamente, de 1.77 en la delantera, que es la que más afecta.
Sanción de 16 segundos
La Federación Internacional de Motociclismo (FIM) hizo que esto fuera obligatorio y, de hecho, se fijó una sanción, de 16 segundos, a imponer por el Panel de Comisarios si éstos comprueban, al acabar la prueba, que el piloto rueda menos del 60 por ciento de las vueltas por encima de ese límite.
A Marc le pasó en Assen 2024
Marc era más que consciente de todo esto porque ya le pasó en Assen en 2024, pero, entonces, había 22 grados en el ambiente, con 39 en el asfalto y una humedad del 50 por ciento. El piloto entonces del Gresini, se pasó por un giro y fue castigado. Pasó del cuarto en el paso por meta al décimo en la clasificación final.
Sensores y aviso en la pantalla
Los pilotos y equipos están sobre aviso por esta circunstancia. Por ello, todos tienen sensores en sus neumáticos que van dando datos constantemente a los competidores y escuadras. El participante puede verlo en el ‘dashboard’ (pantalla) que se lo señaliza al momento.
Rectificando
El octocampeón, en Buriram, se percató de la circunstancia al momento. “Frenaba más fuerte al verlo para que subiera la presión”, desveló luego sobre su pilotaje en las primeras vueltas. Y es que el ’93’ iba primero y eso hace que tenga aire fresco en el neumático y le baje la presión. Ir detrás hace que le llegue más calor y le suba. Por eso, en la vuelta 7, el de Cervera se dejó adelantar por su hermano Álex para colocarse a su zaga. Es más, en muchos ángulos iba muy pegado para que recibiera más temperatura.
Marc, en el podio.
En medio de la gestión por el desgaste de esas gomas, los mapas del motor, la activación de los dispositivos para bajar la moto… y trazar bien las curvas, el leridano hizo sus cálculos y sólo atacó y pasó a Álex en la última curva cuando quedaban cuatro vueltas (con lo que en esa ya tenía la presión alta). Así, en las tres que faltaban al pasar de meta poco después se podía permitir que bajara esa presión de nuevo. Ya habían transcurrido más del 60 por ciento de las vueltas.
Ajuste en el box
De hecho, una de las circunstancias que hizo que el catalán tuviera que comportarse así fue que los cálculos en el conjunto del Ducati oficial no fueron exactos. Los equipos ajustan esa presión en función de la temperatura exterior, pero también teniendo en cuenta la estrategia o dónde van a estar sus pilotos en carrera. Si van a ir en grupo ya saben que les subirá mucho. Por eso alguno como Bezzecchi se iba al otro lado de las rectas para refrescar la goma. Pero con Marc era ‘previsible’ que liderara, como hizo en el Sprint. Pero en el ‘warm up’ (la sesión de la mañana, varias horas antes) había 34 grados en el ambiente y 48 en el asfalto. Lo lideró el propio Marc. En el Sprint del sábado, a la misma hora de la carrera dominical, hubo 37 en el ambiente y 57 en la pista. Por lo tanto, el domingo no fue tan ‘alta’ como se podía pensar. Es más, en la carrera de Moto2, una hora antes, había 57 en el asfalto. Luego, bajó por unas ligeras nubes. Por eso los cálculos se alteraron y su escuadra puso esas presiones. Marc los defendió. “Somos nuevos, nos estamos conociendo. De hecho, de lo que más satisfecho estoy este fin de semana es de cómo me he encontrado con la gente del equipo”, proclamó.