Carmen Larbalestier, a la que Lewis le ha dedicado un tatuaje, estuvo en Fiorano, en un día inolvidable para su hijo
HAmilton fotografiado por su madre, Carmen Larbalestier, en Fiorano.
Carlos Sainz, en la despedida de diciembre recordaba su primer día de rojo, al enfundarse la ropa de pilotar de Ferrari. “Ví cómo a mi padre se le caía una lágrimita cuando me vio. Es algo que voy a recordar siempre”, decía sobre su estrena en Fiorano hace ahora cuatro años.
En el caso de Lewis Hamilton, la que estuvo presenta el pasado miércoles fue su madre, Carmen Larbalestier, quien siguió a pie de pista el debut de su hijo. Al terminar su media jornada, el piloto se acercó a los ‘tifosi’, pero también a ella, que no perdía ni un detalle, sacando fotos del momento. Por mucho que se haya ganado, nada iguala la liturgia que conlleva fichar por Ferrari, comparable quizá sólo al Real Madrid y algún caso contado (recordar la lágrimas de la madre de Mbappé en la presentación del Bernabéu).
En medio de la ‘pelousse’, Larbalestier tuvo además una dedicatoria especial, pues Lewis se ha hecho un nuevo tatuaje, el 11:11, para recordar la fecha de nacimiento de su madre, que suele ir a alguna carrera suelta, pero a la que no se la recuerda en una presentación de este tipo.
Una apuesta o una corazonada
“Cada nueva oportunidad es un acto de fe. Ninguno de nosotros puede predecir el futuro, así que cambiar de trabajo o en mi caso, de equipo, siempre conlleva un cierto nivel de riesgo. Eso sí, creo que hay más riesgo al quedarte en un lugar en el que estás cómodo y convertirte en alguien que se autocomplace”, ha asegurado Hamilton en una entrevista con el noticiario ‘Get Started’ de LinkedIn.
“Llámalo instinto o corazonada, pero sabía que fichar por Ferrari era lo correcto para mí y que me daría el desafío que necesitaba. Hay mucha gente increíble en el equipo y no puedo esperar para trabajar con ellos. Tengo total confianza de que conseguiremos grandes cosas juntos. Miro cada temporada de Fórmula 1 como un capítulo nuevo”, añadía..
“Incluso en los años en los que he ganado carreras y títulos, sabía que no había nada garantizado para el siguiente. Mi enfoque es trabajar duro cada día para asegurarme de que vuelvo a ese coche y que no soy sólo tan bueno como la temporada anterior, sino mejor. Progresar continuamente, no importa si mucho o poco, es lo que me ha llevado a conseguir más de lo que pensaba que fuera posible”, afirma sobre el hecho de que en Mercedes nadie la garantizaba un coche ganador, como ha sucedido desde 2022.
Era el momento ya con 40 años y quiere superar los siete títulos de Schumacher con el ‘cavallino’ en el pecho para poner colofón a su carrera. Eso sí, los compañeros de Michael fueron Irvine, Barrichello o Massa, muy buenos pilotos, pero no un superclase a una vuelta como Leclerc, que tuvo en 2024 la mejor temporada de su vida en cuanto a actuaciones personales.