Marko sobre su piloto: “Fue un poco vergonzoso”
El asesor deportivo de Red Bull Racing califica el regreso de Hadjar a boxes entre lágrimas
Hadjar, llorando tras salirse de la pista en el GP de Australia de F1.
Sucedió en la vuelta de formación del Gran Premio de Australia, antes incluso de darse la salida. En la primera vuelta de formación de su vida y con la pista mojada, Isack Hadjar intentaba poner algo de temperatura en sus neumáticos, con los clásicos giros de volante ‘burn-out’ cuando al dar gas el coche se le giró y se fue contra el muro.
El francés de origen argelino era un mar de lágrimas, tanto al bajarse del coche como al llegar al paddock, donde el padre de Lewis Hamilton, Anthony, se acercaba a él para consolarle en lo posible. “Lo sentía por él y sólo quería darle un abrazo, así que me comporté con él como un padre con su hijo”, comentaba tras la carrera.
“En cuanto vi lo que le había pasado a Isack, se me encogió el corazón. Sé lo difícil que es para estos jóvenes pilotos llegar a la F1, la presión es enorme. Estás en la parrilla por primera vez y simplemente pasa eso. Le dije que habría más oportunidades y que él ya ha demostrado que puede estar en la F1″, añadía Anthony Hamilton.
Hadjar se refirió a este gesto del padre del siete veces campeón del mundo: “Es un gesto muy bonito por su parte y se lo agradezco mucho. Me dijo que mantuviera la cabeza alta y que estuviera orgulloso de mí mismo, que había hecho una buena actuación. Eso me animó“, comentaba el piloto de Racing Bulls”.
La opinión de su jefe
Su jefe tiene otro punto de vista. Helmut Marko no estaba nada conforme con la reacción de un piloto que él ha elegido para ser el nuevo compañero de Tsunoda, una vez que Lawson, que también acabó accidentado, subía al primer equipo junto a Max Verstappen. “Montó un espectáculo lacrimógeno”, dijo en la televisión austriaca ‘ORF’, para añadir con media sonrisa, “fue un poco vergonzoso”.
Y no fue el único, porque Pedro de la Rosa, sin esas palabras, dijo en DAZN F1, “todos hemos tenido ganas de llorar, pero bajas la visera y te aguantas”, comentaba el español, que está a años luz de ser alguien insensible.
Se refiere a que no se puede demostrar esa fragilidad mental a las primeras de cambio y que por mucho que Hadjar estuviese decepcionado, el ir llorando media hora como una magdalena por el paddock después de algo que ocurre cualquier día en las carreras, sólo puede perjudicarle al propio piloto. La mentalidad es uno de los grandes activos del deporte profesional y el galo no dio muchas muestras de ser alguien preparado para la adversidad.
No es algo que sucede en la F1 sólo, pues en los últimos años ha cambiado el modo en el que los deportistas se comportan en la competición, sin importarles lo que se opine de ellos. Impensable en Fernando Alonso y Carlos Sainz, que ante la desgracia aprietan los dientes, suben la cabeza y vuelven a la siguiente con el ánimo de reaccionar. Y a los dos les ha pasado de todo, como perder carreras y campeonatos por pura mala suerte, o tener que pilotar enfermos o con huesos rotos. Pero en esto, los tiempos también están cambiando.