¿Por qué la estrategia de Aston Martin no beneficia a Alonso?
Fernando Alonso está viviendo una temporada de claroscuros en la Fórmula 1. Tras un 2023 que superó todas las expectativas —donde Aston Martin se convirtió en la gran revelación del campeonato—, la ilusión parecía consolidarse en 2024. Sin embargo, a mitad de la presente campaña, la realidad es tozuda: el equipo británico ha dado un paso atrás, y el piloto asturiano, aunque sigue demostrando talento y garra, se encuentra atrapado en una estrategia que parece no jugar a su favor.
Aston Martin, víctima de su propio éxito
El sorprendente rendimiento de Aston Martin en 2023 obligó al equipo a marcarse objetivos más ambiciosos para 2024. Se hablaba de victorias, incluso de pelear podios con mayor regularidad. Sin embargo, el desarrollo del AMR24 no ha sido tan eficaz como se esperaba. Rivales como McLaren, Ferrari o Mercedes han logrado dar saltos significativos en rendimiento, mientras Aston Martin parece haberse quedado estancado.
En los Grandes Premios disputados hasta la fecha, Alonso ha sufrido especialmente en clasificación, saliendo habitualmente fuera del Top 10 o, en el mejor de los casos, justo en la parte baja del top 10. Esto condiciona toda su carrera. Aunque el asturiano es célebre por sus salidas espectaculares y su capacidad de remontada, es evidente que partir desde tan atrás limita sus posibilidades estratégicas.
La estrategia: conservadora y sin margen
Uno de los grandes problemas que enfrenta Alonso es la filosofía estratégica de Aston Martin. A diferencia de equipos como McLaren o Ferrari, dispuestos a arriesgar con undercuts, overcuts o estrategias alternativas de neumáticos, Aston Martin tiende a ser excesivamente conservador. Suelen ir “a la segura”: evitar tráfico, hacer paradas largas y mantener posiciones.
Esto es comprensible en contextos donde el coche no tiene ritmo para luchar arriba. Sin embargo, la consecuencia es que Alonso rara vez tiene margen para intentar algo distinto que le permita ganar posiciones. Casi siempre termina corriendo en solitario, sin posibilidad de batallar directamente con sus rivales.
En varias carreras de la temporada, se ha visto cómo pilotos a su alrededor, como Lando Norris o Carlos Sainz, han ganado posiciones clave gracias a estrategias atrevidas. Alonso, en cambio, queda atado a una hoja de ruta rígida que no le permite explotar sus virtudes como piloto: la lectura de carrera, la gestión de neumáticos y la capacidad para improvisar.
El temor al desgaste y las limitaciones del AMR24
Otro punto que condiciona las estrategias es el comportamiento del AMR24. El monoplaza presenta un elevado desgaste de neumáticos, sobre todo en circuitos exigentes con las gomas traseras. Esto obliga a Aston Martin a protegerse con estrategias más conservadoras para evitar un “cliff” en el rendimiento al final de los stints.
Pero esa misma prudencia es, al mismo tiempo, el talón de Aquiles de Alonso. Su pilotaje magistral es famoso precisamente por su delicadeza en la gestión de neumáticos, y es ahí donde el asturiano podría marcar diferencias. Sin embargo, si el coche ya parte con un déficit mecánico en la conservación de los neumáticos, cualquier atrevimiento estratégico podría volverse en su contra.
El factor Stroll y la doble vara de medir
Otra cuestión que alimenta el debate es el rol de Lance Stroll dentro del equipo. Aunque la jerarquía técnica de Aston Martin reconoce el valor de Alonso como líder y desarrollador del coche, la figura de Stroll —hijo del propietario Lawrence Stroll— añade cierta complejidad. En más de una ocasión, las estrategias parecen estar diseñadas para no dejar excesivamente expuesto al canadiense frente al asturiano.
No se trata necesariamente de favoritismo, sino de intentar mantener la armonía interna y proteger la moral del equipo. Pero la consecuencia indirecta es que Aston Martin a menudo adopta estrategias “neutrales” que no benefician plenamente a Alonso, el piloto con más experiencia y capacidad para arriesgar.
¿Hay luz al final del túnel?
En Silverstone, Alonso declaró que “hay cosas que tenemos que cambiar si queremos luchar más arriba”. Sus palabras dejan entrever cierta frustración, pero también esperanza. El equipo asegura estar trabajando en actualizaciones aerodinámicas y soluciones para el exceso de desgaste de neumáticos. Además, el propio Lawrence Stroll sigue comprometido en inyectar recursos para mantener a Aston Martin como un proyecto ambicioso.
La gran pregunta es si estos cambios llegarán a tiempo para que Alonso pueda salvar la temporada. El asturiano sigue siendo uno de los pilotos más rápidos y completos de la parrilla, pero necesita un equipo dispuesto a arriesgar más y a soltarle las riendas en carrera.
Mientras tanto, la sensación es agridulce. Alonso está corriendo mejor de lo que reflejan los resultados, pero atrapado en una estructura demasiado rígida. Su talento merece una estrategia más agresiva y valiente, porque si algo ha demostrado Fernando a lo largo de dos décadas en Fórmula 1 es que, cuando se le da libertad estratégica, es capaz de obrar milagros.