Domina todas las sesiones y carreras, lidera de principio a fin, logra su cuarto pleno de puntos y es más líder tras su octavo triunfo en Aragón
Marc Márquez salta en el podio, con Álex y Bagnaia.
La perfección existe. Y es lo que hizo Marc Márquez en Aragón. Los datos son tan contundentes como su victoria en la carrera larga -como igualmente fue en el Sprint-: Hizo su cuarto pleno del año, esto es, lograr los 37 puntos en juego, cosa que ya logró en Tailandia, Argentina y Qatar. En Motorland sumó su octava victoria, siete de ellas en MotoGP, con lo que ya sólo Sachsenring es un ‘talismán’ mayor, con un triunfo más.
Además, se llevó el Grand Chelem, esto es: hizo la pole, la vuelta rápida y ganó liderando todas las vueltas de la carrera. Lleva cuatro de ocho en las carreras largas de este curso. Ya alcanza 66 victorias en la clase reina y 92 en el Mundial. Casi nada.
Pero más allá de las cifras, estaban los ‘fantasmas’ de Texas y Jerez, esas caídas dominicales tan dolorosas. “Estoy muy contento, porque si queremos luchar por el Mundial no podemos cometer errores como Austin, que fue muy grande. Por eso estuve muy concentrado”, resumió.
Álex y Marc, en el podio.
Y tanto: desde Alemania 2015 ningún piloto había dominado todas las sesiones y la carrera. En realidad, ahora hay dos carreras. El anterior que lo había hecho también fue él, Míster Perfecto.
Domando la presión
Lo del leridano fue un ejercicio supremo de saber evadirse de la presión. Desde antes de pisar Alcañiz absolutamente todo el mundo le tildaba de más que favorito. Álex y el Gresini le decían que sólo él podía perder los 37 puntos, pero el octocampeón no tuvo la más mínima distracción. “Tuve las mismas sensaciones que al principio de la temporada. Esta victoria era obligatoria en nuestro garaje y para mí. Si quiero luchar por el campeonato, en los circuitos buenos tengo que lograr los 25 puntos, los perdí dos veces y no podía pasar de nuevo”, afirmó. Su nivel de autoexigencia es altísimo.
Marc sólo se dejó llevar en el fiestón con sus fans y su hermano. “En Jerez estaba serio, pero aquí hicimos primero y segundo en España…”, decía. Gritó, saltó, corrió y hasta pidió perdón porque la carrera fuera algo “aburrida”, cuando se dirigió a la afición.
El líder ya le saca 32 puntos a Álex y 93, sí su número, a Bagnaia. Su compañero renació gracias a un cambio técnico al poner unos discos de freno más grandes y mostró una versión más competitiva. La próxima parada es Mugello, mala pista para Marc y buena para Pecco. Pero todo es posible cuando se hacen las cosas perfectas.