El segundo de Leclerc y cuarto de Hamilton devuelve algo de estabilidad al equipo italiano y les mete en la pelea de una carrera que siempre tiene cambios de guion

Leclerc y Hamilton salen de boxes.
En el Gran Premio de Austria pasan cosas. En todos, sí. Pero en el corto -poco más de un minuto- Red Bull Ring siempre hay más dinamita de la cuenta cuando se presentan carreras explosivas en la Fórmula 1. Le pasó, un año atrás, a Lando Norris y Max Verstappen con un toque que regaló la victoria a George Russell. También a Lewis Hamilton con Nico Rosberg en sus años locos de Mercedes que Toto Wolff ha rememorado en Austria. Y de cara a la cita (15:00 horas) para decidir al ganador, Ferrari se ha ganado el puesto para dar la talla. E incomodar si McLaren vuelve a autodestruirse.

Leclerc, en acción.
Ferrari apareció, por fin. Ya no fueron aquellas vueltas salvajes de Leclerc en las calles de su casa, Mónaco. Ni la extrañísima fase sprint del Gran Premio de China donde Hamilton recordó a su mejor versión. En Austria dio un paso al frente y colocó a sus dos pilotos en el top-4. Segundo saldrá Leclerc y cuarto un Hamilton mucho más cómodo. Su “no tengo ritmo” del viernes desapareció.
Evidentemente, más de medio segundo sobre Norris no les permite autodefinirse como favoritos. Pero pueden dar batalla desde el inicio, siempre movido, hasta unas estrategias en las que el equipo italiano reluce esta campaña. Hay brotes verdes en medio del terremoto continuado en el que parecieron instalarse. “Las mejoras han servido, pero la ejecución es lo que hizo la diferencia”, dijo Vasseur.
Las mejoras han servido, pero la ejecución es lo que hizo la diferencia
El galo, en la picota desde que la prensa italiana diese voz a los altos dirigentes de la Gestione Sportiva de Maranello, sacó pecho. “Conseguimos entrar en la Q3 con dos juegos nuevos de blandos porque la estrategia fue buena. En lugar de elegir siempre gomas nuevas, las manejamos bien”, explicó. Ahora puede creer y falta el remate del rápido Leclerc y un Hamilton con la oportunidad perfecta para rematar.

Leclerc y Hamilton.
“No está nada mal”, cerró Vasseur. En concreto, decía que veía bien estar entre los dos McLaren. Aunque Leclerc estuvo menos feliz. “La diferencia es demasiada”, relató. Sin ocultar, eso sí, que su objetivo es que las banderas regresen a la sede central de Ferrari. “Intentaremos ganar”, cerró el del Principado.