La Federación mantiene su línea dura sobre el uso del lenguaje y la mala conducta de los pilotos. La última propuesta del Presidente Ben Sulayem es considerar también un límite a lo que se emite por la radio de los equipos durante los fines de semana de carrera. Sin embargo, lo que se emite lo decide la FOM.
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En los últimos meses, fuera de la pista uno de los temas más comentados ha sido la decisión del presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, de endurecer las normas sobre el control del lenguaje para que los pilotos no utilizaran palabras altisonantes o groserías durante determinados actos como las ruedas de prensa oficiales.
Un endurecimiento que en realidad también ha supuesto un enfrentamiento para los pilotos, sobre todo porque en caso de infracción el riesgo es acabar teniendo que realizar actividades sociales, como en el caso de Max Verstappen, o ser multado. En una carta enviada por la GPDA a la Federación, los pilotos piden ser tratados como adultos, pero está claro que el enfrentamiento va más allá del mero uso del lenguaje.
De hecho, desde hace unos años la FIA hace la vista gorda con el lenguaje y lo que se dice en las ruedas de prensa, como demuestran las reprimendas a Frederic Vasseur y Toto Wolff en Las Vegas en 2023 o la multa impuesta a Yuki Tsunoda durante el fin de semana del GP de Austria de 2024.
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James Vowles, director de equipo de Williams Racing, Toto Wolff, director de equipo y consejero delegado de Mercedes-AMG, Frederic Vasseur, director de equipo y director general de la Scuderia Ferrari, Zak Brown, consejero delegado de McLaren Racing, en la rueda de prensa de los directores de equipo.
Foto de: Mark Sutton / Motorsport Images
En aquel caso, Tsunoda utilizó un lenguaje inapropiado contra otros pilotos en un momento de frustración mientras estaba parado en el pit lane, violando la normativa internacional que prohíbe la mala conducta. El episodio de Verstappen, sin embargo, fue el primero que realmente llamó la atención, ya que fue sancionado por unas palabras que dijo durante una rueda de prensa.
Los pilotos esperaban que la Federación se abriera y tendiera una mano, pero la publicación del nuevo borrador del reglamento en invierno, que endureció aún más las sanciones económicas, con la posibilidad incluso de que te resten puntos en la clasificación, es la confirmación de que el organismo rector no piensa dar un paso atrás en este asunto. Al contrario.
De momento, la conversación se ha limitado a las ruedas de prensa, organizadas básicamente por la propia FIA, propietaria de los derechos del campeonato del mundo. Aunque en parte es comprensible que la atención de la Federación se haya centrado en estas situaciones concretas, dado que son gestionadas por ella, esto puede cambiar ahora.
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Max Verstappen, Red Bull Racing
Foto de: Red Bull Content Pool
En declaraciones durante una cumbre de la FIA en el circuito español del Jarama, de hecho, el presidente del organismo rector insinuó que también se está considerando la posibilidad de intervenir en los equipos de radio, con el fin de controlar aún más el lenguaje.
“¿Podríamos cerrar la comunicación por radio en directo? Tal vez. ¿Podríamos retrasarlas? Tal vez. Hay muchas cosas que podrían funcionar ahora con nuestro promotor. La FOM es el promotor [del campeonato], pero la FIA sigue siendo la propietaria del campeonato”, explicó Ben Sulayem.
Un discurso que, aunque a primera vista pueda parecer sencillo, en realidad chocaría con varios elementos. En primer lugar, es poco probable que, quizás en un momento acalorado de la carrera, los pilotos reflexionen sobre el lenguaje utilizado, lo que añadiría un motivo de enfrentamiento con la GPDA.
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Mohammed Ben Sulayem, Presidente de la FIA
Foto de: Dom Romney / Motorsport Images
Así que es más realista pensar que la FIA podría actuar simplemente cortando las comunicaciones en directo, pero esto chocaría con el trabajo de la FOM, propietaria de los derechos de retransmisión de la F1. De hecho, en los últimos años la propia Fórmula 1 ya ha intervenido en la gestión del lenguaje.
Aparte de que en la señal internacional se cubren, en F1TV, el canal oficial, no existe el mismo tipo de enmascaramiento del lenguaje, sino que algunos mensajes se cortan por completo, ya que la señal de audio se retrasa unos segundos y esto da a la FOM la posibilidad de intervenir directamente, eligiendo qué emitir o no, especialmente después de cualquier incidente.
El problema de fondo es precisamente éste. Parte de la estrategia de gestión de los equipos de radio de la FOM en los fines de semana de carrera también se basa en explotar las situaciones tensas, a veces incluso con mensajes cortados a propósito o emitidos fuera de contexto para añadir “picante” a lo que está sucediendo en la pista. Cualquier “restricción”, incluso en este frente, tendría que ser acordada primero con la propia FOM