Tras ganar el primer set, cedió 6-1 en la segunda. En la tercera estuvo desperdició dos puntos de partido y llegó a estar con 5-3 y saque

Lo tuvo muy cerca el español, que disfruta de una notable mejoría en este 2025 y que en su recorrido en este torneo de categoría 250, en pista dura, había obtenido triunfos tan sonados como el conseguido contra el estadounidense Taylor Fritz, cuarto jugador del mundo y campeón en las dos últimas ediciones.
Pero en el momento clave permitió la resurrección de Kecmanovic, más sosegado, que fue de menos a más, que salvó dos puntos de partido y que aprovechó su ocasión. Logró el segundo título de su carrera después del de Kitzbuehel (Austria) en 2020.
Mientras Davidovich afrontaba la segunda final de su carrera tras la que perdió en el 2022 contra el griego Stefanos Tsitsipas en el Masters 1.000 de Montecarlo -en el que eliminó al entonces número uno del mundo Novak Djokovic- el balcánico Kecmanovic jugaba la quinta, la segunda en Delray Beach. En 2023 fue superado por Fritz.
Fue la versión habitual del español. que tuvo un comienzo esperanzador, autoritario y solvente. Tras romper el saque del serbio y situarse con 4-2 recorrió la manga con firmeza, sin que le temblara el pulso, y cerró la manga.
Y así lo afrontó. Tras perder el segundo por 6-1 renació en el tercero. Rompió y llegó a estar 5-2 y 15-40. Dos puntos de partido que no fue capaz de aprovechar. Y lo acusó. No se marcharon de su cabeza las opciones desperdiciadas. Perdió los siguientes juegos, con errores notables, llamativos, de desconexión.
Kecmanovic, sin embargo, no perdonó. Cerró el triunfo después de dos horas y doce minutos y propició un duro castigo, una severa derrota al español, que dejó escapar una nueva ocasión de estrenar un historial aún sin éxitos.