Durante la década de los 90, Michael Jordan y los Chicago Bulls construyeron una de las dinastías más dominantes en la historia de la NBA, conquistando seis campeonatos en ocho años. Como el líder indiscutible de la franquicia, Jordan ahora reflexiona sobre lo que pudo haber sido, afirmando con confianza que el equipo tenía el potencial para ganar un séptimo título si se hubieran mantenido juntos.
En una entrevista con Michael Wilbon, Jordan reconoció la eterna pregunta del “qué hubiera pasado” tras la ruptura de los Bulls después de la temporada 1997–98.
“Sí creo que pudimos haber ganado el séptimo — nunca lo sabremos, pero es un gran tema para pensar, conversar y debatir,” dijo.
“La naturaleza competitiva habría sido: vamos por el octavo… hasta que alguien nos venciera… hasta que realmente perdiera unas Finales.”
Los seis títulos de Jordan siguen siendo uno de los logros más impresionantes en la historia de la NBA. Con promedios de carrera de 30.1 puntos, 6.2 rebotes y 5.3 asistencias por partido, con casi un 50% de efectividad en tiros de campo, lideró a los Bulls en la era más exitosa de la franquicia. A pesar de sus logros incomparables, muchos aficionados y analistas aún se preguntan cuántos anillos más habría podido conseguir en otras circunstancias.
Antes de que la dinastía de los Bulls terminara en el ’98, Jordan ya se había retirado una vez — lo hizo en 1993, tras la trágica muerte de su padre. Esa pausa le costó casi dos temporadas completas durante el punto más alto de su carrera, y permitió que equipos como los Houston Rockets ganaran campeonatos consecutivos con Hakeem Olajuwon al frente. Su regreso en 1995 volvió a encender la era de dominio de los Bulls.
Michael Jordan sobre la posibilidad de un séptimo anillo:
“Sí creo que pudimos haber ganado siete — nunca lo sabremos, pero es algo genial para pensar, conversar y debatir… nuestra naturaleza competitiva habría sido: vamos por el octavo… hasta que alguien nos venciera… hasta que yo realmente perdiera unas Finales.”
El primer tricampeonato de los Bulls llegó entre 1991 y 1993, cuando Jordan, Scottie Pippen y el entrenador Phil Jackson lideraron al equipo frente a una competencia de élite. Derrotaron a los Lakers del Showtime, a los Trail Blazers liderados por Clyde Drexler y a los Suns de Charles Barkley, consolidándose como la nueva potencia de la NBA.
Tras el breve retiro de Jordan, los Bulls lucharon por mantener su dominio. Pero con su regreso, la franquicia sumó piezas clave — en especial a Dennis Rodman — para impulsar un segundo tricampeonato entre 1996 y 1998. Su récord de temporada regular de 72–10 en la campaña 1995–96 sigue siendo una de las mejores marcas en la historia de la NBA.
Esa segunda etapa incluyó victorias en las Finales sobre los Seattle SuperSonics en 1996 y triunfos consecutivos frente al Utah Jazz en 1997 y 1998. La dinastía concluyó con el icónico “Último Tiro” de Jordan en el Juego 6 de las Finales de 1998 — una imagen legendaria en la historia del deporte, donde encestó el tiro ganador sobre Bryon Russell para asegurar su sexto anillo.
Más allá de los trofeos, los Bulls de la era Jordan dejaron un legado definido por su habilidad de élite, mentalidad implacable y un cuerpo técnico excepcional. La ofensiva triangular de Phil Jackson, combinada con la voluntad inquebrantable de Jordan por ganar, creó un fenómeno global que trascendió el básquetbol. El equipo no solo dominó la liga: redefinió su futuro cultural y comercial.