Kareem Abdul-Jabbar, seis veces campeón de la NBA y el máximo anotador en la historia antes de LeBron James, es considerado uno de los más grandes jugadores de baloncesto de todos los tiempos. Piedra angular de los legendarios “Showtime” Lakers y un ícono cultural dentro y fuera de la duela, su legado es inigualable. La leyenda de los Lakers reveló quién, según él, es el mejor base de todos los tiempos — y sorprendentemente, no se trata ni de Stephen Curry ni de su excompañero Magic Johnson.

Muchos habrían esperado que Abdul-Jabbar nombrara a su histórico compañero en los Lakers, Magic Johnson, o a la superestrella actual Stephen Curry. Pero en una entrevista de 2023 con Justin Walters de la cadena WPIX-TV de Nueva York, el seis veces MVP ofreció una perspectiva diferente.

“No creo que quieras escuchar esto”, dijo Abdul-Jabbar. “Oscar Robertson. El ‘Big O’. Solo tuve la oportunidad de jugar con él al final de su carrera, pero era increíble.”

Robertson, 12 veces All-Star y ex MVP, pasó la mayor parte de sus 14 temporadas en la NBA con los Cincinnati Royals antes de terminar su carrera con los Milwaukee Bucks, donde junto a un joven Kareem Abdul-Jabbar —entonces conocido como Lew Alcindor— ganaron juntos el campeonato de la NBA en 1971.

La leyenda de la NBA, Oscar Robertson, fue homenajeado durante el Juego de Estrellas 2024

Una sociedad campeona en Milwaukee

Oscar Robertson y Kareem Abdul-Jabbar fueron compañeros durante los primeros años de la carrera de Kareem, jugando juntos en Milwaukee entre 1970 y 1974. Aunque su tiempo como compañeros fue relativamente corto, resultó ser transformador tanto para los jugadores como para la franquicia de los Bucks. Robertson, ya consolidado como uno de los mejores bases de la liga, aportó liderazgo, serenidad y una visión de juego élite que ayudó a elevar a un joven Abdul-Jabbar al estrellato.

El impacto fue inmediato. En su primera temporada juntos (1970–71), los Bucks dominaron la liga, terminando con un récord de 66–16 y conquistando el campeonato de la NBA tras barrer a los Baltimore Bullets en las Finales. Abdul-Jabbar, en apenas su segunda temporada, ganó el premio al Jugador Más Valioso (MVP), mientras que Robertson —adquirido vía intercambio desde Cincinnati— cumplió a la perfección su rol de base veterano con liderazgo y control del juego.

Durante las cuatro temporadas que jugaron juntos, Robertson y Abdul-Jabbar llevaron a los Bucks a los playoffs cada año, incluyendo otra aparición en las Finales de la NBA en 1974, donde cayeron en una dura serie de siete juegos contra los Boston Celtics. Aunque no lograron otro campeonato, la dupla consolidó a Milwaukee como una potencia en la liga. Abdul-Jabbar emergió como la siguiente superestrella generacional de la NBA, mientras que Robertson cerró su carrera de Salón de la Fama con broche de oro.

Su asociación fue breve, pero dejó una huella imborrable en la historia de la NBA. Abdul-Jabbar ha reconocido en múltiples ocasiones que Robertson fue una influencia clave en su desarrollo como profesional antes de llegar a los Lakers, elogiando su inteligencia, serenidad y dominio del juego. Juntos, marcaron el inicio de una nueva era—una combinación de juventud prometedora y sabiduría veterana que sigue resonando en el legado del baloncesto.