La WNBA enfrenta una tormenta mediática tras estallar una polémica que podría marcar un antes y un después en la liga. Un árbitro ha sido demandado oficialmente no solo por su indiferencia al no proteger a la estrella emergente Caitlin Clark, sino por supuestamente permitir e incluso fomentar el juego violento en su contra durante un reciente partido.
Según los documentos legales revelados hoy, el árbitro es acusado de mostrar una “indiferencia deliberada” ante los constantes golpes, empujones y conductas antideportivas dirigidas hacia Clark. Lo más escandaloso es que la demanda afirma que el oficial permitió activamente ese ambiente de agresión, donde “golpear a Caitlin Clark se volvió normal”.
La reacción fue inmediata.
El reconocido comentarista deportivo Colin Cowherd explotó en su programa, calificando la situación como “una vergüenza total para la liga”.
“No puedes llevar el silbato y permitir el caos,” lanzó Cowherd con furia. “Si este árbitro no puede proteger a las estrellas, no merece estar en la cancha. Disculpa pública. Expulsión inmediata. Sin pretextos.”
Los fans de Caitlin Clark —quien ha elevado la popularidad y audiencia de la WNBA como ninguna otra jugadora— están indignados. Las redes sociales estallaron con hashtags como #ProtejanACaitlin y #ÁrbitroFueraYa, exigiendo acciones contundentes.
¿Qué encendió la polémica?
Videos del partido muestran múltiples momentos donde Clark recibe empujones, tropiezos e incluso codazos sin que el árbitro pite una sola falta. Muchos aseguran que si se tratara de otra estrella, las sanciones habrían sido inmediatas.
La demanda podría provocar una investigación interna en la WNBA e incluso abrir la puerta a una revisión general del comportamiento de los árbitros. Algunos ya lo llaman el “Día de juicio para los árbitros de la WNBA”.
Esto ya no es solo sobre Caitlin Clark. Es sobre la credibilidad de la liga, la equidad dentro del juego, y el mensaje que se le está enviando a las nuevas generaciones.
Lo único claro es que la WNBA ya no puede quedarse callada.