En medio de las crecientes críticas, la tensión en la duela y los debates encendidos sobre el impacto de Caitlin Clark en la WNBA, la joven sensación del Indiana Fever protagonizó un momento inesperado y conmovedor: justo antes de que iniciara el partido, se acercó a su compañera Lexie Hull y, sin decir mucho, le colocó una pulsera de la amistad en la muñeca.

El gesto fue sencillo pero cargado de significado. Lexie sonrió con sinceridad, claramente emocionada, mientras Clark se mostraba tranquila, casi tímida. No había cámaras grabando de cerca ni reflectores apuntando directamente al momento —al menos no de forma planeada— pero eso no evitó que el video se volviera viral y desatara un intenso debate en redes sociales.

Para muchos, fue una escena poderosa de unión y compañerismo. En una temporada donde Caitlin Clark ha recibido duros golpes en la cancha, ha sido blanco de titulares polarizantes y ha enfrentado rumores de tensión en el vestidor, esa pulsera —probablemente hecha a mano y elegida con cariño— fue leída como un mensaje silencioso pero claro: “Estoy contigo. Somos un equipo.”

Sin embargo, no todos lo vieron con los mismos ojos.

Algunas voces críticas en redes sociales sugirieron que, intencional o no, el gesto también funcionó como una jugada de relaciones públicas. Con Clark bajo constante escrutinio y versiones que apuntan a supuestos celos o divisiones entre novatas y veteranas, un gesto público de amistad podría ayudar a cambiar la narrativa y reforzar su imagen ante la opinión pública.

“Es muy lista”, escribió un usuario en X (antes Twitter). “Sabe cómo darle la vuelta a la historia con una sonrisa y una pulsera. Eso es estrategia mediática, sin duda.”

Otros salieron en su defensa, acusando a los críticos de ser injustos y demasiado cínicos. “Si un jugador hombre le diera algo así a un compañero antes de un juego, lo llamarían liderazgo”, respondió una fan. “Pero si lo hace Caitlin, ¿es manipulación? Por favor.”

La polémica sigue, pero algo es seguro: Caitlin Clark no solo está dando de qué hablar por sus triples o jugadas espectaculares. También se ha convertido en el centro de los reflectores por todo lo que rodea al baloncesto femenil en 2025 —su crecimiento, sus desafíos y sus luchas culturales.

Y a veces, una simple pulsera dice más que cualquier entrevista posterior al partido.