Salvando tres bolas de partido y firmando la final más larga de la historia en Roland-Garros, Carlos Alcaraz se encargó de romper una serie de rachas vigentes de Jannik Sinner, dominador hasta la final en París de los dos últimos títulos disputados en el US Open y el Open de Australia. El tenista español logró lo que parecía imposible y se mantiene con un cara a cara muy favorable contra el nº1.

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Dos días han pasado de la épica final en la Philippe-Chatrier, que mantuvo a todo el mundo pegado al televisor para ver cual de los dos gladiadores que se batían sobre la arcilla francesa iba a acabar siendo el vencedor. Carlos Alcaraz consiguió finalmente la Copa de los Mosqueteros, la segunda para él de manera consecutiva, a pesar de que Jannik Sinner llegó a ir con dos sets de ventaja y desperdició hasta tres bolas de partido de manera consecutiva en el cuarto.

Una victoria que tuvo un gran componente emocional para ambos tenistas, con un impacto directo en una rivalidad que tiene visos de convertirse en legendaria y que vivía su primer partido directo por un título de Grand Slam en París. Precisamente, Alcaraz consiguió revertir la situación en cuanto al dominio del italiano en los últimos ‘majors’ disputados, que habían contado con el control total del tenista de San Cándido.

ROLAND-GARROS MASCULINO

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Porque ya anteriormente, en el Foro Itálico de Roma, el murciano lograba la primera victoria de alguien sobre el transalpino desde el pasado mes de septiembre en Pekín, precisamente fue el propio Carlos el que se había impuesto también en aquella ocasión. Un partido que ponía en sobre aviso al italiano en su vuelta tras la sanción por dopaje, elevando su nivel de tenis en la ciudad de la luz, pero sin llegar a alcanzar el título.

La derrota significó el fin de una racha de veinte victorias consecutivas en Grand Slam para Sinner, desde los cuartos de final del pasado Wimbledon, donde caía ante Daniil Medvedev, hasta la citada final en la capital gala. Entre medias dos títulos en el US Open y el Open de Australia, donde revalidaba el ya logrado en el año 2024 en Melbourne. El dominio del italiano era tal, que desde los octavos de final en el primer Grand Slam de la temporada ante Holger Rune, no cedía ni un set, hasta 31 antes de que Alcaraz sumara tres de manera consecutiva que harían caer la balanza a su lado tras cinco horas y 29 minutos de agonía y tenis al más alto nivel.

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Una final que fue la segunda más larga en Grand Slam en la Era Open, tras la protagonizada en Australia en 2012 por Novak Djokovic y Rafa Nadal que acabó llevándose el serbio, y la más larga en Roland-Garros, abriendo un debate de si este partido tiene que estar entre los mejores de la historia. Y es que entre Alcaraz y Sinner suman los últimos seis triunfos en ‘majors’ estando un paso por encima de cualquier otro tenista en el circuito actualmente en este apartado.

En la batalla entre ambos, el español aumenta a dos la distancia de Grand Slams en su palmarés, en el que ya descansa un US Open, dos Roland-Garros y dos Wimbledon, quedando únicamente el Open de Australia para poder cerrar el círculo. En el caso del italiano son tres, con dos Open de Australia y un US Open. La rivalidad está más que servida a sus 22 y 23 años respectivamente, estando llamados a escribir las próximas páginas en la historia de este maravilloso deporte llamado tenis.

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