Llega a la primera ronda tras superar la fase previa

C. Branstine
En un circuito profesional donde los caminos suelen estar pavimentados desde la infancia con entrenadores, academias de élite y el respaldo económico de familias o federaciones, Carson Branstine ha elegido una ruta tan poco convencional como inspiradora. A sus 24 años, la tenista canadiense no solo ha roto moldes dentro de la cancha, sino también fuera de ella. Ha financiado su carrera deportiva combinándola con el modelaje profesional. Ahora, tras superar tres durísimas rondas clasificatorias, Branstine se encuentra cara a cara con Aryna Sabalenka, la número uno del mundo, en la primera ronda de Wimbledon.
Una doble vida: entre la pista y la pasarela
Branstine, actualmente número 190 del ranking WTA, es mucho más que una promesa tardía. Desde sus primeros pasos en el tenis, dejó claro que quería labrarse su futuro sin depender de nadie. Sin grandes patrocinadores ni becas federativas, encontró en el modelaje una vía para costear los viajes, entrenamientos y competiciones de una carrera que suele devorar carteras antes de dar frutos.

C. Branstine
“Me encanta estar frente a la cámara durante una sesión. Es divertido, me encanta la moda”, confesó recientemente en una entrevista. Pero lo que para muchos parecería una distracción, para Branstine fue una estrategia de supervivencia y autonomía. “No quería pedirles nada a mis padres. Quería que todo viniera de mí y de mi tenis”, explicó.
No fueron marcas deportivas ni federaciones quienes la ficharon. Fueron agencias de modelaje, atraídas por su presencia escénica, su mirada intensa y ese carisma que también proyecta en la cancha. Su físico y estilo llamaron la atención, pero Branstine lo tiene claro: “Estas agencias no me ficharon por mi tenis, sino por mi look. El modelaje y el tenis son extrañamente similares: eres en gran medida un objeto y la gente a veces olvida que también eres una persona”.
Camino a Wimbledon
La canadiense ha llegado a Wimbledon por méritos propios. Pasó por las clasificatorias sin ser cabeza de serie y dejó atrás a jugadoras de alto nivel, incluida la francesa Lois Boisson, reciente semifinalista del Abierto de Francia. Tres partidos intensos, bajo presión y sin margen de error, la colocaron en el cuadro principal del torneo más prestigioso del mundo.

Aryna Sabalenka espera aún su primer éxito en Wimbledon.
Pero el sorteo no fue generoso. Su rival en la primera ronda es Aryna Sabalenka, una de las jugadoras más dominantes del circuito, favorita para levantar el trofeo y una presencia intimidante en cualquier superficie. Branstine, lejos de desanimarse, reaccionó con humor en redes sociales: “Tal vez algún día consiga un buen sorteo LOL”, escribió en su cuenta de Instagram, donde ya acumula más de 20.000 seguidores.