Un escándalo sin precedentes sacudió a la Women’s National Basketball Association (WNBA) luego de que la liga anunciara que tres árbitros han sido despedidos y multados con un total de 500 mil dólares tras descubrirse que intentaron manipular el resultado de un partido entre las Seattle Storm y las Indiana Fever.
Según un comunicado oficial de la WNBA, los árbitros conspiraron para favorecer a Seattle Storm, pero el intento de arreglo fracasó, lo que desató una ola de indignación, investigaciones internas y ahora severas sanciones disciplinarias.
Uno de los árbitros involucrados —cuya identidad aún no ha sido revelada públicamente— enfrenta posibles cargos penales y podría ser condenado a prisión por su participación en el intento de fraude. Fuentes cercanas a la liga aseguran que este árbitro habría mantenido comunicación con terceros externos con el objetivo de influir en las apuestas deportivas, lo que activó la intervención de autoridades federales e inspectores de ética de la WNBA.
“Es un día oscuro para la integridad del deporte”, declaró un vocero de la liga. “Estamos comprometidos con la transparencia y con hacer responsables a quienes violen la equidad del juego.”
Las Indiana Fever, que esta temporada han roto récords de audiencia gracias a su estrella novata Caitlin Clark, fueron presuntamente el blanco del intento de manipulación. Sin embargo, el equipo logró mantenerse firme y competir pese a las decisiones polémicas del encuentro, lo que muchos fanáticos ven como prueba de su fortaleza.
Las redes sociales estallaron con la noticia, con miles de usuarios exigiendo mayor control y vigilancia sobre los cuerpos arbitrales y preguntándose qué tan profundo puede llegar la corrupción dentro del deporte.
Incluso algunas jugadoras se pronunciaron. Una veterana de Indiana declaró:
“Nosotras damos todo en la cancha, y saber que alguien intentó quitarnos eso… es repugnante.”
La WNBA aseguró que cooperará plenamente con las autoridades legales y que ya está trabajando en nuevos protocolos para proteger la integridad de los partidos. También se ha convocado a un panel independiente para revisar los procesos de arbitraje y proponer reformas estructurales.
Este escándalo ya es considerado como uno de los más grandes en la historia del arbitraje de la WNBA, y pone en alerta a todas las ligas deportivas sobre los peligros crecientes de la corrupción y la interferencia relacionada con las apuestas.