La tragedia golpeó con fuerza al mundo del fútbol cuando se confirmó la muerte del futbolista portugués Diogo Jota y su hermano André en un trágico accidente automovilístico ocurrido en una carretera secundaria de Galicia, España. Ahora, la policía española ha revelado nuevos detalles que solo aumentan el impacto emocional del suceso.

Un accidente que “no debió haber ocurrido”

Según el informe oficial, el vehículo en el que viajaban los hermanos se salió de la carretera en una curva cerrada conocida por su peligrosidad, justo antes de estrellarse contra un árbol a alta velocidad. Los investigadores señalaron que no había señales de frenado, lo que indica que Jota, quien iba al volante, pudo haber perdido el conocimiento segundos antes del impacto.

Además, el informe toxicológico preliminar descarta el consumo de alcohol o drogas, mientras que las condiciones meteorológicas eran estables. Esto deja a los investigadores con la hipótesis de una posible falla mecánica súbita o una distracción breve pero fatal, como la revisión del GPS o un micro sueño tras un día largo de viaje.

El último mensaje y la llamada perdida

Lo más estremecedor fue lo que ocurrió minutos antes del choque. La policía confirmó que André había enviado un mensaje de voz a su madre diciendo: “Ya casi llegamos, Diogo quiere dormir apenas lleguemos”. La madre, preocupada por no recibir respuesta después, realizó una llamada que nunca fue contestada. Esa llamada, según el informe, entró justo dos minutos después del impacto fatal.

Reacciones y conmoción

El mundo del fútbol no ha parado de enviar homenajes. Excompañeros del Liverpool, el Wolverhampton y la selección portuguesa han compartido mensajes de dolor. Cristiano Ronaldo escribió: “No hay palabras. Solo dolor. Descansen en paz, hermanos”. Mientras tanto, las redes sociales se han llenado de mensajes con el hashtag #ForeverJota.

Una curva maldita

Vecinos de la zona donde ocurrió el accidente aseguran que esa curva ya ha cobrado múltiples vidas. “Ya lo hemos denunciado. Esa curva es una trampa. ¿Cuántos más tienen que morir?”, declaró un residente local a medios gallegos. Ahora se exige que el gobierno regional tome medidas inmediatas.