El británico Arvid Lindblad ya tiene la Superlicencia de la FIA y seguirá completando programas de formación hacia su salto a la Fórmula 1

Lindblad, en el coche.
El nombre de Arvid Lindblad se convertirá en uno muy repetido en el futuro de automovilismo. El británico de raíces indias solo tiene 17 años (2007), pero Red Bull, el equipo que le apadrina, sigue allanando su camino para preparar el gran salto. El de la Fórmula 1, uno para el que parece el mejor situado por delante del español Pepe Martí, compañero del londinense en el Campos Racing de la F2.

Lindblad celebra.
Porque Lindblad sigue cumpliendo con los pasos previos. El principal fue que Red Bull solicitó la Superlicencia y la FIA se la otorgó. “No sé lo que ocurrirá, tenéis que hablar con Red Bull para saberlo”, explicó. Pero se abrió una puerta que tendrá respuestas con las sesiones de libres en las que participe y un test, adelantado por Motorsport, en Ímola con un monoplaza de Fórmula 1 antiguo (las sesiones denominadas TPC).
No sé lo que ocurrirá, tenéis que hablar con Red Bull para saberlo
El objetivo queda claro. Es el de ir fogueando al piloto mientras busca el título de Fórmula 2. En la segunda categoría del ‘Gran Circo’ no está mal emplazado tras su competitividad, con victoria, en Barcelona y con 79 puntos está a ocho del líder Dunne (87) -protegido de McLaren- y a cinco (84) de Richard Verschoor. Algo más lejos queda Pepe Martí, con 49, perjudicado por la ascensión de Lindblad.
Martí, eso sí, no renuncia a sus opciones. “Las tenemos, aunque es algo que todavía llevará un proceso”, confesó durante la exhibición de MadRing. Pero los resultados no han sido los mejores en las últimas tres rondas y está en una situación de desventaja. Su caso recuerda, en cierta forma, al del salto de Carlos Sainz a Toro Rosso cuando tuvo que ganar obligado en las World Series by Renault.

Lawson, con el RB, en el GP de Canadá.
Lindblad tiene la ‘pole’ para 2026 y la situación del ‘mundo’ Red Bull, caótica como pocas, beneficia a cualquier cambio. Racing Bulls, el equipo al que recalaría, suma fundamentalmente con Hadjar (21 puntos, 10º del Mundial) pero no despega con Lawson (4). Y Tsunoda, que sustituyó al de Hastings en Red Bull, apenas suma 10 puntos con un coche con el que Max Verstappen acumula 155 y marcha 3º del Mundial tras los McLaren de Oscar Piastri y Lando Norris. No serían de extrañar los cambios y más con un talento tan grande como Lindblad.
Sería otro relevo generacional más en una F1 que se llena de futuro. El caso de Andrea Kimi Antonelli, que pasó la Maturità en Italia al mismo tiempo que lograba el primer podio de su carrera en Canadá, es el más claro. Los niños ahora son los que mandan.