En medio de una temporada marcada por la intensidad, los roces y la atención mediática sin precedentes, Angel Reese decidió romper el silencio… y lo hizo con una frase que ya está dando la vuelta al mundo:

“You can’t dim my light.”
“Nadie va a apagar mi luz.”

El mensaje, breve pero cargado de emoción, fue parte de un discurso apasionado tras un partido donde Reese fue duramente criticada por su actitud en la cancha. Para algunos, se trata de una jugadora intensa, auténtica y segura de sí misma. Para otros, es arrogante, provocadora y juega al límite del respeto.

Pero esta vez, la joven estrella no se quedó callada. Enfrentando las cámaras con determinación, Reese habló sobre el racismo, el machismo y el doble estándar que —según ella— enfrentan jugadoras como ella dentro y fuera de la duela.

“Cuando otras lo hacen, es pasión. Cuando yo lo hago, es una falta de respeto. Estoy harta de eso. No me voy a esconder por ser quien soy.”

Las palabras de Angel Reese fueron celebradas por miles de fanáticos que ven en ella una figura de lucha y empoderamiento. Pero también desataron una tormenta de críticas, con muchos usuarios acusándola de victimizarse o incluso de fomentar la división dentro de la liga.

En redes sociales, el debate está encendido:
¿Reese está diciendo lo que muchas callan, o está buscando conflicto innecesario?
¿Es hora de que la WNBA abrace la diversidad de personalidades, o se necesita más disciplina en la cancha?

Lo que es innegable es que Angel Reese ha encendido una conversación profunda sobre identidad, visibilidad y el futuro del deporte femenino. Y mientras algunos intentan “apagar su luz”, ella solo parece brillar con más fuerza.