LeBron James y las Finales de la NBA llegaron a tener una relación tan cercana que los expertos la catalogan como un matrimonio histórico, y cuando parecía que todo se había contado al respecto, llegó una confesión que consternó a toda la liga.

En 2007 empezó la historia de LeBron en las Finales y no fue un buen inicio. San Antonio Spurs sacó la escoba y barrió a Cleveland Cavaliers por 4-0. Desde ese momento, James tomó una decisión que aplicaría hasta con Los Angeles Lakers.

Ya con un Big-3 junto a Chris Bosh y Dwyane Wade en Miami Heat, LeBron James jugó cuatro Finales de la NBA con un saldo de dos victorias y el mismo número de derrotas. ‘El Rey’ regresó a los Cavaliers y logró llegar a otras cuatro series por el trofeo Larry O’Brien.

Con un saldo de una victoria y tres derrotas contra Golden State Warriors, LeBron llegaba a tres títulos y nueve finales disputadas. La tradición que iba a confesar se mantenía. En 2020 llegó el único título hasta ahora de LeBron en Los Angeles Lakers tras una victoria 4-2 contra Miami Heat y cinco años después llegó la confesión que consternó a toda la NBA.

La confesión de LeBron James sobre las Finales de la NBA: “Nunca dejé”

LeBron en el título de Lakers en 2020.

“Nunca dejé que mi familia viniera a un partido de la final a menos que fuera un partido decisivo. Si íbamos ganando, ya sabes 3-1 o si íbamos 3-3, así que, partido tras partido, íbamos al séptimo partido de la final de 2016. Mi familia no vino hasta el séptimo partido. No quería cambiar nada. Y, obviamente, si tuviéramos la oportunidad de cerrar ese último partido, si estuviéramos a punto de conseguir nuestra cuarta victoria y tuviéramos la oportunidad de hacerlo, mi familia estaría allí”, confesó LeBron James en el podcast ‘Mente en el Juego’.

LeBron explicó por qué su familia no va a todos los partidos de las Finales NBA

Bajo la premisa que no quería desconcentrarse del objetivo de ganar el título, LeBron explicó por qué su familia solo iba a los juegos decisivos de las diez Finales NBA que ha disputado: “Los mantuve en casa porque no quería, sobre todo de visitante. No quería que mi familia estuviera de visita durante la final. Y estoy intentando concentrarme no solo en mí, sino también en guiar a mi equipo, asegurándome de que mis compañeros estén concentrados. Si algo pasara en la grada con mi familia, fácilmente podría sacarme de mi zona de concentración. Ahora no puedo estar tan concentrado si quiero, porque algún idiota, algún aficionado, le ha dicho algo a mi esposa, a mis hijos o a mi madre. Así que, a menos que fuera el partido decisivo, mi familia se quedaba en casa y así siempre lo mantuve. Y me funcionó, y conseguí un par de victorias en la final”.