Aidé le comunica a Circe y a Ulises que, por una decisión importante, a partir de ahora llevarán el apellido de Tino, lo que representa un cambio significativo en su identidad familiar. Sin embargo, la joven Circe se muestra inmediatamente reacia a esta idea. Ella interpreta esta decisión como una señal de que su madre los rechaza o los odia, ya que no entiende el motivo detrás de este cambio tan drástico. La oposición de Circe refleja su dolor y confusión, ya que siente que la acción de Aidé podría ser una forma de distanciarse de ellos o de castigarles de alguna manera. Ulises, por su parte, parece más neutral, pero también se ve afectado por la situación, ya que la familia está siendo obligada a redefinir su vínculo y su lugar en la dinámica familiar. La decisión de Aidé pone en evidencia la complejidad emocional y las tensiones familiares que están surgiendo, creando un conflicto interno en los tres personajes.
