Ofelia, siempre astuta y consciente de las dificultades que atraviesa Valeria tras quedarse sin empleo, decide tomar cartas en el asunto para ayudar a su sobrina. Con delicadeza y una sonrisa convincente, se acerca a Luis, un talentoso diseñador y amigo cercano, y le pide un favor muy especial. Le propone que considere a Mar, la hija de Valeria, como la modelo principal para la nueva línea de ropa que está por lanzar. Ofelia argumenta que Mar tiene un encanto único y que sería una elección perfecta para representar su marca, mientras que, en el fondo, también busca darle a Valeria un respiro emocional en estos tiempos difíciles.
Mientras tanto, Arturo, impulsado por el profundo cariño que siente hacia Valeria, toma una decisión que cambiará el curso de sus vidas. Sin avisarle, compra la casa de Valeria, un lugar lleno de recuerdos y significado, con la intención de regalársela. Para él, no se trata solo de un gesto material, sino de devolverle un espacio donde pueda sentirse segura y protegida.
En otro rincón de esta trama, Paula, cansada de las mentiras y el comportamiento evasivo de Leonardo, decide enfrentarlo. Con determinación y sin dejar espacio para dudas, lo amenaza con dejarlo si no comienza a actuar con sinceridad y transparencia. Su ultimátum marca un punto de inflexión en su relación, dejando a Leonardo atrapado entre sus propios errores y la posibilidad de perder a Paula para siempre.
