Gloria cae en estado de coma después de mencionar el nombre de Ofelia.

La tensión en la vida de Gloria llega a un punto crítico cuando, en un momento de angustia y debilidad, menciona el nombre de Ofelia, como si ese recuerdo fuera un detonante emocional que su cuerpo ya no puede soportar. Poco después, su salud se deteriora rápidamente, y Gloria pierde el conocimiento, entrando en un estado de coma. Este trágico suceso deja a todos consternados, especialmente a Susana, quien, aunque impactada por la gravedad de la situación, no puede evitar dejar salir su enojo acumulado.

Susana la culpa por todo el dolor que ella y su familia le han ocasionado.
Desbordada por el resentimiento, Susana ve en Gloria una figura central de los problemas y sufrimientos que su familia ha enfrentado. En su mente, la relación de Gloria con Ofelia y los eventos desencadenados por sus decisiones parecen ser la causa de los males que han azotado a los suyos. Con palabras duras y llenas de rabia, Susana la señala como la responsable de sus penas, incluso en su estado vulnerable, mostrando que las heridas emocionales entre ambas son profundas y no han sanado.

Arturo causa un escándalo al llevar a Valeria a reposar su enfermedad en la mansión Portilla.
Mientras tanto, Arturo toma una decisión controvertida que enciende las habladurías y provoca indignación en la comunidad. Decidido a cuidar de Valeria, quien está debilitada por su enfermedad, Arturo insiste en que lo mejor para ella es trasladarse a la mansión Portilla, donde puede recibir atención adecuada. Sin embargo, su elección genera un escándalo, ya que muchos ven en este acto un gesto inapropiado y una posible declaración de intenciones hacia Valeria, que podría amenazar la estabilidad de las relaciones familiares y sociales en torno a los Portilla. La presencia de Valeria en la mansión no solo despierta sospechas y comentarios malintencionados, sino que también aviva tensiones ya existentes entre los personajes.