La astuta manipulación de Paula empieza a dar resultados visibles, llevando a Leonardo a comportarse de manera cada vez más autoritaria. Paula, aprovechándose de su influencia sobre él, lo convence sutilmente de que debe tomar el control absoluto de todas las decisiones importantes tanto en el hogar como en la empresa. Leonardo, cegado por la confianza que ha depositado en Paula, comienza a imponer su voluntad de forma rígida, generando tensiones y conflictos en su entorno.

Mientras tanto, Paula no se conforma con sembrar discordia en un solo frente. Con una estrategia calculada, manipula los acontecimientos para incriminar a Mar en una serie de problemas, logrando que Ofelia, quien siempre había mantenido una relación tensa con Mar, se vuelva completamente en su contra. El odio de Ofelia hacia Mar crece con cada nueva intriga tejida por Paula, profundizando la división en la familia.
Sin embargo, en medio de este clima de conflicto, surge un rayo de esperanza. Juan, quien ha estado a su lado en los momentos más difíciles, decide dar un paso valiente y significativo. Con un gesto lleno de amor y determinación, le pide a Mar que sea su esposa, demostrándole que, a pesar de las adversidades, está dispuesto a construir un futuro juntos. Este momento de ternura contrasta con las tensiones que los rodean, destacando la fuerza de los lazos verdaderos frente a las intrigas y manipulaciones.