Edgar le dice a Demián que las palabras de Jezabel han sido una carga emocional difícil de soportar para él. A pesar de su dolor, le pide a Demián que deje de culpar a su madre por lo sucedido, queriendo quizá proteger a Jezabel de las acusaciones. Sin embargo, Edgar no puede ocultar la verdad de sus sentimientos hacia ella. Aunque pide que no se le acuse, no puede evitar reconocer que Jezabel es una persona dañina, alguien con malas intenciones que ha causado mucho sufrimiento. Esta tensión revela el conflicto interno de Edgar, quien está atrapado entre la lealtad familiar y su conocimiento de la verdadera naturaleza de Jezabel.
