Con cinco dobletes consecutivos, el director de la marca, Gigi Dall’Igna, sigue sin asumir el nivel de su piloto: “Ahora entiendo mejor por qué nos costaba tanto ganar un Mundial…”.

Marc Márquez está intratable. Cinco dobletes consecutivos. Ocho victorias de domingos y once esprints. Tan solo ha pasado la primera mitad de la temporada, pero el español ya ha roto récords en su primera temporada con el equipo oficial de Ducati. Ha superado a Giacomo Agostini en victorias, ya es el piloto con más podios y victorias en la historia del motociclismo español, ha roto el récord de victorias en las carreras del los sábados (estaba en nueve) y va camino de alcanzar los números de su eterno rival, Valentino Rossi. Y aunque los podios o victorias todavía le quedan lejos, la realidad es que solo Márquez puede perder este noveno Mundial que ya roza con sus dedos. Sí, quizá sea precipitado hablar del Mundial cuando MotoGP se acaba de ir de vacaciones, pero con 381 puntos en su casillero y una distancia de 120 puntos con su hermano, Álex Márquez, las matemáticas no engañan a nadie. El mayor de la familia tiene más de tres carreras de ventaja, incluso sumando los puntos de las esprints. Es decir, que a falta de diez carreras para el final en Valencia, su novena corona, quizá la más esperada después de su lesión, tan solo depende de él.

Y en Ducati son plenamente conscientes de lo que tienen entre manos. Una mitad de su box se ha convertido en una fiesta constante cada fin de semana, haciendo cada vez más real el sueño de un nuevo campeonato. Sería el sexto consecutivo en cuanto a constructores y el cuarto en cuanto a pilotos, siendo Marc el tercero en conseguirlo después de los dos de Pecco Bagnaia y el último de Jorge Martín. Todo un salvavidas para una marca que, de no ser por Márquez, habría visto mucho más de cerca la amenaza de las otras fábricas. Porque esa es otra realidad que está asomando cada vez más fuerte: el italiano no está en su mejor momento, han perdido las dos motos del Pramac y, tanto Aprilia como KTM, amenazan con llegar a lo más alto. De hecho, la hegemonía de los de Borgo Panigale en el podio ya es algo del pasado. Y eso preocupa a la marca en vista de que no habrá cambios de motor de cara a 2026. Pero al menos tienen a Marc Márquez. La última pieza de un puzzle que les hace sigue haciendo invencibles.

Así lo refleja la última entrega de ‘Inside’, el video resumen de los fines de semana de carreras que la propia marca publica en su canal de YouTube. En este caso, con el GP de la República Checa, los italiano muestran un gran premio de contrastes que comenzó siendo complicado, pero del que se lograron reponer… al menos por la parte del español. De primeras, las sensaciones del viernes fueron complicadas, con Marc quejándose del comportamiento de la moto: “Pongo la segunda marcha y no tengo potencia, sin alarmas”. “De delante no tenemos mucho feeling”, revelaba el español a Jorge Martín al final del día, cuando se cruzaron al atender a las televisiones con derechos. Mismas sensaciones que tuvo su compañero de equipo, Bagnaia, que siguió con el patrón de cada fin de semana. Los viernes siempre son complicados para el bicampeón al no encontrar el feeling con su Ducati. Pero pudo remontar el sábado con una pole, la primera de la temporada (y viniendo desde la Q1), para seguir ganando la confianza que necesita. Todo mientras Márquez se iba al suelo y perdía toda oportunidad de repetir hazaña por un simple despiste que luego explicó a su equipo al llegar al parque cerrado por ser el segundo más rápido del día: “Cuando he llegado al punto de frenada he visto humo, me he despistado por un momento y ya me había ido largo”.

Pero nada que no pudiera solucionar horas más tarde. Ganó la esprint, la undécima de la temporada, que llegó después de una investigación por las presiones de su neumático. Aunque Marc ya lo tenía todo bajo control y usó la última parte de la carrera para gestionarlo. “¿Lo lograste?”, le preguntaba Gigi Dall’Igna, director de Ducati Corse, a pie de podio, recibiendo la confirmación del español. Once de doce posibles. Otra breve celebración en Ducati y a pensar en el domingo porque había que repetirlo. Y no iba a ser fácil. Pero lo hizo fácil. Otro victoria antes del parón de verano. “Quinto doblete consecutivo”, le recibió su equipo en el pitlane para celebrarlo. “Ahora a relajarnos. Todos de vacaciones”, respondió Márquez, con su jefe rendido totalmente a sus pies. Porque Dall’Igna sabía del nivel de su piloto, pero ahora lo puede vivir en sus propias carnes. “Ya lo sabía, pero ahora entiendo mejor por qué nos costaba tanto ganar un Mundial”, reconoció el directivo italiano, haciendo referencia a su dominio en los pasados años con la Honda que, ahora, se repita con su moto. Porque diga lo que se diga, a la vista está que el piloto sigue haciendo la diferencia. Marc Márquez sigue marcando la diferencia. Solo necesitaba una moto ganadora.