Gabriela, llena de indignación y desesperación, confronta a Torrijos en un momento tenso y cargado de emociones. Lo acusa abiertamente de haber vendido su integridad a Leonor, sugiriendo que sus decisiones no son imparciales y que actúa bajo la influencia de ella. Gabriela no puede contener su frustración mientras le recrimina que le esté negando la posibilidad de visitar a su hermana, quien se encuentra en una situación crítica y rodeada de peligros inminentes. Su voz se quiebra, pero su determinación sigue firme al exigirle explicaciones, dejando claro que no se rendirá fácilmente.
Mientras tanto, en otro frente de esta complicada historia, Tomás toma la difícil decisión de intentar retirar la denuncia en contra de Eva, convencido de que eso podría ser lo mejor para aliviar las tensiones. Sin embargo, sus esfuerzos toman un giro inesperado y devastador cuando, al intentar formalizar el retiro de la denuncia, las autoridades lo arrestan. La escena es impactante: Tomás, confundido y atónito, trata de entender los motivos detrás de su detención, mientras su mundo parece desmoronarse. Las piezas del rompecabezas empiezan a encajar, pero dejan entrever una red de manipulaciones que amenaza con complicar aún más las vidas de todos los involucrados.