El exjugador de los Cardenales de San Luis, Jim Edmonds, reveló recientemente en el programa 101 ESPN un dato que ha generado controversia entre los fanáticos del equipo.

Según fuentes, hubo una primavera hace unos años en la que Nolan Arenado solicitó que Mark McGwire lo visitara para trabajar en su swing y mejorar su bateo, pero la organización le negó el permiso.

Esta revelación pone de manifiesto lo que Edmonds describe como un sentimiento “extraño” dentro de la franquicia en torno a sus exjugadores. La noticia llega en un momento complicado para los Cardenales de San Luis, quienes han pasado toda la temporada baja tratando de deshacerse de los rumores sobre una posible salida de Arenado a través de un cambio.

Ahora, la decisión de la organización de impedirle recibir asesoramiento de un bateador de poder legendario como McGwire solo alimenta la frustración de los seguidores del equipo.

El declive en la producción ofensiva de Nolan Arenado en las últimas temporadas ha sido evidente. Su porcentaje de slugging ha disminuido en cada una de las últimas tres campañas, lo que sugiere que cualquier intento por mejorar su rendimiento debería haber sido recibido con entusiasmo por la franquicia.

En lugar de eso, la directiva de los Cardenales de San Luis decidió restringirle la oportunidad de entrenar con uno de los sluggers más temidos de la historia del béisbol, una decisión que ahora se presta para la especulación y el escepticismo.

Mark McGwire, quien tuvo un impacto significativo como coach de bateo después de su carrera como jugador, ha trabajado con varios peloteros para optimizar su poder y ajustar sus mecánicas en el plato. En ese sentido, su asesoramiento podría haber sido valioso para Arenado, quien en su momento fue uno de los bateadores de poder más dominantes en la MLB.

La pregunta que muchos fanáticos de los Cardenales de San Luis se hacen ahora es: ¿por qué la organización se opuso a una medida que claramente tenía el potencial de beneficiar a su estrella?

Además de este incidente, la relación entre los Cardenales y sus exjugadores parece estar en un punto incómodo. Edmonds, quien es una figura respetada en la historia del equipo, ha insinuado que existe un ambiente poco receptivo hacia las leyendas del club, lo que podría estar afectando el desarrollo de los jugadores actuales.

Si bien la franquicia tiene sus razones para manejar la relación con sus exjugadores de cierta manera, esta decisión en particular con Arenado podría verse como un error. Negarle la oportunidad de recibir asesoramiento de McGwire no solo afecta su desempeño individual, sino que también podría haber limitado el potencial ofensivo del equipo en general.