Las redes sociales se han hecho eco de una grabación del tenista italiano de cuando era más joven

En una era donde el pasado digital nunca desaparece, el archivo audiovisual vuelve a convertirse en una fuente inagotable de curiosidades, y el protagonista esta vez es el tenista italiano Jannik Sinner. Un vídeo rescatado de sus años de adolescencia ha vuelto a recorrer las redes sociales, desatando comentarios y comparaciones.
En las imágenes, Sinner, con apenas 17 años responde a una reportera con la serenidad que hoy lo caracteriza y habla sobre su vida y sus comienzos en el tenis: “Mi padre me regaló una raqueta y alos 14 años decidí ser profesional. Entreno a diario. En la cancha, cada uno tiene su manera, creo que soy muy tranquilo. No me gusta la vida nocturna, prefiero tomarme una Coca Cola”, declara el joven Jannik con una naturalidad que sorprende. La última frase, dicha casi con timidez, es la que ha desatado el fenómeno viral: “No me gusta la vida nocturna, prefiero tomarme una Coca Cola”.
Disciplina contra disfrute: la comparación con Alcaraz
Más allá del tono entrañable del vídeo, el contenido ha reactivado uno de los debates más recurrentes del tenis contemporáneo, como es la comparación entre Sinner y Carlos Alcaraz. Dos fenómenos de la nueva generación, con estilos distintos tanto dentro como fuera de la pista.
Mientras Sinner siempre ha proyectado una imagen de concentración, método y rutina casi espartana, Alcaraz representa el polo opuesto. Espontáneo, carismático, con una sonrisa constante, el murciano no ha tenido reparo en mostrarse disfrutando de la vida entre torneos, ya sea en Ibiza, en conciertos o en escapadas con amigos. Lo que para algunos es una señal de equilibrio, para otros, los más conservadores, es una falta de foco.

Jannik Sinner, en un momento de la final ante Alcaraz en Wimbledon.
Este vídeo ha reavivado esa dicotomía del ascetismo tranquilo de Sinner frente a la filosofía del disfrute de Alcaraz. Y aunque ambos han alcanzado el éxito por caminos distintos, la comparación es inevitable.
En ese sentido, el vídeo no solo ha provocado risas por su candidez, sino también elogios por la coherencia de Sinner con el paso de los años. Porque si algo ha quedado claro desde que se asentó en la élite del tenis, es que esa mentalidad no ha cambiado. Sigue siendo reservado, disciplinado, alejado del ruido innecesario y centrado en su rendimiento.

Alcaraz y Sinner se saludan tras la final de Wimbledon 2025.
Pero detrás de la viralidad, hay un punto interesante que toca la fibra del deporte profesional. Y es que no hay una única manera de ser campeón. La rivalidad Sinner-Alcaraz no es solo tenística; es también filosófica. Y es precisamente esa diferencia lo que enriquece la narrativa de ambos.