La novata de la WNBA, Angel Reese, vuelve a estar en el centro de una fuerte controversia tras realizar un comentario que muchos interpretaron como una crítica directa hacia Caitlin Clark, cuestionando su papel en la liga y su lugar dentro de la cultura afroamericana del baloncesto. La frase, ya viral, ha encendido un intenso debate en redes sociales que ha dividido opiniones entre aficionados, atletas y expertos.
Según informes, la expresión “Preservar la cultura negra” fue el eje de una conversación en la que Reese habría sugerido que Clark —jugadora blanca— ha recibido demasiada atención en una liga que históricamente ha sido construida y liderada por mujeres afroamericanas. Aunque Reese no mencionó directamente a Caitlin Clark, muchos interpretaron el mensaje como una crítica velada hacia la estrella de las Indiana Fever.
💬 ¿Se cruzó la línea o es una conversación necesaria?
Las críticas no tardaron en llegar. Muchos acusaron a Reese de “apropiarse” del baloncesto profesional y minimizar el talento de Clark, quien ha contribuido significativamente al crecimiento y la visibilidad del deporte. Sin embargo, también hubo quienes salieron en defensa de Reese, asegurando que su comentario buscaba proteger la identidad cultural de la WNBA, una liga con profundas raíces en la lucha y representación afroamericana.
“Esto no se trata de odio”, escribió una usuaria en X (antes Twitter). “Se trata de asegurar que, mientras crece el deporte femenino, no se borre a las jugadoras ni a las comunidades que lo construyeron”.
Por su parte, Caitlin Clark no ha respondido públicamente al tema y se ha mantenido enfocada en su temporada como novata. Pero la tensión entre ambas —que ya viene desde su rivalidad en la NCAA— ahora ha tomado tintes más profundos y culturales.
📈 Más que solo baloncesto
Este episodio refleja un debate más amplio dentro del deporte profesional: ¿cómo puede la WNBA crecer y recibir nuevas estrellas sin perder la esencia cultural que la ha definido durante décadas?
Para Angel Reese, quien ha hablado abiertamente sobre el racismo, la representación y la equidad en el deporte, este podría ser otro intento por mantener viva esa conversación. Sin embargo, para algunos, la forma en que lo expresó fue inapropiada y divisiva.
Lo que es seguro es que el debate sobre raza, cultura e identidad en el baloncesto femenino no desaparecerá pronto, y figuras como Reese y Clark están ahora en el centro de esa discusión.