La esposa del tenista ha sido un apoyo incondicional desde el inicio de su carrera y prefiere mantenerse lejos del foco mediático
Nacida el 7 de julio de 1988, no es solo la mujer de uno de los deportistas más reconocidos del mundo. Es licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de las Islas Baleares y posee una trayectoria profesional notable. Después de trabajar en Mapfre y especializarse en patrocinio deportivo en Londres, asumió el cargo de directora general de la Fundación Rafa Nadal. Desde esta posición, se ha dedicado a impulsar proyectos para jóvenes a nivel internacional, mostrando una dedicación que ha sido clave para el crecimiento de la organización.
Su matrimonio con Rafa Nadal y su hijo
Después de 18 años de noviazgo, Mery y Rafa decidieron dar el ‘sí, quiero’ en octubre de 2019, en una ceremonia privada celebrada en Sa Fortalesa, una impresionante fortaleza del siglo XVII en Pollensa, Mallorca. Fue un evento exclusivo, con 250 invitados entre amigos, familiares y personalidades como los Reyes Eméritos de España. Mery deslumbró con un vestido de Rosa Clará, y los recién casados compartieron imágenes del gran día en sus redes sociales, desmarcándose de las exclusivas mediáticas.
El 8 de octubre de 2022, la pareja vivió el momento más especial de sus vidas con la llegada de su hijo, Rafael Nadal Perelló. No todo fue sencillo durante el embarazo; Mery tuvo que ser ingresada por precaución en las semanas previas al parto, lo que generó preocupación tanto en la familia como en el propio Rafa. «He pasado momentos difíciles, pero mi mujer y mi hijo me han dado una fuerza increíble para seguir adelante», confesó el tenista en un emotivo mensaje.
Las casas de los Nadal-Perelló
La familia Nadal-Perelló reside en una mansión en Porto Cristo, un enclave privilegiado en Manacor. La espectacular propiedad, situada sobre un acantilado con vistas al Mediterráneo, ha sido renovada con dedicación durante años. Cuenta con una amplia piscina, jardines y acceso directo al mar, perfecto para escapadas a bordo del ‘Great White’, el lujoso yate del tenista. Además, la pareja también disfruta de un refugio en República Dominicana, donde Rafa adquirió una villa en 2012.
Mery siempre ha optado por un perfil bajo, manteniendo su vida privada lejos de la exposición mediática. Rara vez concede entrevistas y, cuando lo hace, deja entrever su sencillez y naturalidad. Sin embargo, no por ello deja de ser una figura clave en la vida del tenista, acompañándole en los buenos y malos momentos con una discreción que la define.
Con la retirada de Rafa del tenis profesional tras la Copa Davis, Mery estará nuevamente en primera fila, no solo como espectadora de los últimos partidos de su esposo, sino como la compañera incondicional que siempre ha sido. Ahora, la pareja afronta una nueva etapa, centrados en su hijo y en proyectos personales, dejando atrás una vida marcada por el tenis pero con la promesa de seguir escribiendo juntos su propia historia.