Una de las figuras más emblemáticas del deporte femenino acaba de hacer un anuncio que ha dejado al mundo entero con el corazón en la mano. Brittney Griner, la estrella de la WNBA conocida por su fuerza, valentía y legado en la cancha, ha confirmado que se retira del básquetbol competitivo, y lo hizo con una declaración tan cruda como dolorosa:
“Nadie me quiere en su equipo.”

Las palabras de Griner, cargadas de emoción y tristeza, han causado una verdadera ola de reacciones en redes sociales, medios deportivos y dentro de la misma liga. ¿Cómo es posible que una de las atletas más dominantes de su generación termine su carrera sintiéndose excluida y rechazada?

Durante una entrevista íntima, Griner habló abiertamente sobre los desafíos personales y profesionales que ha enfrentado desde su regreso a la WNBA, incluyendo el peso de la controversia, el escrutinio constante de los medios y, sobre todo, la falta de respaldo de parte de equipos que en otro momento hubieran peleado por tenerla.

“Ya no tengo fuerzas para seguir demostrando que pertenezco aquí. Si nadie confía en mí, entonces es momento de cerrar este capítulo”, confesó con la voz quebrada.

La noticia no solo ha impactado a sus seguidores, sino también a entrenadores, exjugadoras y analistas, quienes no han tardado en manifestar su sorpresa y preocupación.
“Perder a Griner de esta forma es una herida profunda para la WNBA. No se trata solo de talento, se trata de lo que representa”, escribió una excompañera en redes.

Brittney Griner, más allá de sus títulos, bloqueos legendarios y medallas olímpicas, siempre será recordada como una mujer que luchó dentro y fuera de la cancha. Su retiro deja un vacío difícil de llenar, y su declaración final encendió una discusión urgente:
¿Está la WNBA haciendo lo suficiente para proteger, apoyar y valorar a sus jugadoras más icónicas?

Por ahora, el futuro de Griner queda en pausa, pero su legado… ese, ya es eterno.