ÚLTIMA HORA – La WNBA pierde a una de sus figuras más reconocidas. Brittney Griner, la estrella de Phoenix Mercury y campeona olímpica, ha anunciado su retiro inmediato del baloncesto competitivo, dejando atónitos a fanáticos y expertos del deporte. Pero más allá de la decisión, fue su desgarradora confesión lo que ha encendido las redes: “¡Nadie me quiere en su equipo!”.

Durante una breve y emotiva conferencia de prensa, Griner explicó que ya no se siente bienvenida ni valorada dentro del entorno del baloncesto profesional. “He dado todo por este deporte. He representado a mi país. He pasado por el infierno y regresado… pero hoy me siento sola en la cancha”, declaró, con voz entrecortada.

La noticia llega en medio de una temporada complicada tanto para ella como para Phoenix Mercury, con resultados irregulares, cambios en la plantilla y un ambiente de creciente presión mediática. Aunque Griner venía promediando estadísticas sólidas, su presencia se había convertido en objeto de debate por temas extradeportivos y posturas políticas.

¿Qué llevó a Griner al límite?

Según fuentes cercanas a la jugadora, Griner habría expresado en privado su frustración por la falta de respaldo de otras jugadoras, entrenadores y directivos. Asegura sentirse “invisible” incluso dentro de su propio vestidor. “Me ven más como un problema que como una compañera. Eso duele más que cualquier derrota”, habría dicho en una conversación reciente.

La reacción no se hizo esperar

Las redes sociales explotaron tras el anuncio. Algunos aficionados han mostrado su apoyo incondicional:

“Brittney, gracias por todo lo que diste. El baloncesto te debe mucho. ¡Vuelve cuando estés lista!”

Sin embargo, también surgieron críticas:

“Esto no es una despedida, es una forma de evadir el momento difícil que vive su carrera”, opinó un analista en ESPN.

¿Qué le depara el futuro?

Griner no cerró completamente la puerta al baloncesto. “Tal vez un día vuelva… si me necesitan. Pero ahora mismo, necesito reconstruirme fuera de las canchas”, dijo. También expresó su deseo de enfocarse en proyectos sociales, salud mental y escribir un libro sobre su experiencia, tanto dentro como fuera de la prisión rusa que marcó un antes y después en su vida.