En un giro inesperado y altamente polémico, Nike ha decidido cortar lazos con la estrella de la WNBA Brittney Griner, citando supuestas “acciones de carácter racial” y señalando que la marca necesita alejarse de “imágenes negativas como la de Griner”.

Según informes filtrados, una fuente interna de Nike habría declarado:

“Tenemos que eliminar imágenes negativas como la de Brittney Griner, una figura demasiado asociada con el movimiento woke. Necesitamos atletas con una imagen más positiva, como Caitlin Clark.”

Las redes sociales estallaron en cuestión de minutos. Mientras algunos aplauden la decisión de Nike como un “cambio hacia un enfoque menos polarizante”, otros acusan a la marca de racismo, sexismo y oportunismo comercial.

👟 Brittney Griner, una de las jugadoras más reconocidas y vocales de la WNBA, ha sido una figura polémica desde su regreso a la liga tras ser liberada de una prisión rusa. Su activismo, postura contra el himno nacional y opiniones políticas han generado división entre fanáticos.

Por otro lado, Caitlin Clark, la joven estrella del Indiana Fever, ha sido promovida por medios y marcas como “el rostro que la WNBA necesitaba”, con una imagen más comercial, accesible y menos polarizante. Esta comparación ha sido criticada por múltiples voces como injusta y cargada de prejuicios raciales y de clase.

🎤 Reacciones:

Fanáticos de Griner denuncian la movida como un castigo por su activismo:

“Nike se está vendiendo al público conservador y racista. Griner merece respeto, no desprecio.”

Seguidores de Clark ven la noticia como una validación de su creciente popularidad:

“Caitlin Clark representa el futuro. Griner tuvo su momento y lo desperdició.”

Expertos en marketing deportivo se preguntan si Nike está reconfigurando su estrategia tras años de apoyar figuras como Colin Kaepernick o Serena Williams.

📺 ¿Y ahora qué?

Hasta el momento, ni Brittney Griner ni Caitlin Clark han emitido declaraciones oficiales. Nike, por su parte, se niega a comentar más allá de su comunicado inicial.

Pero una cosa es clara: esta decisión no solo marca un cambio en la estrategia de la marca, sino también un nuevo capítulo en el eterno debate entre deporte, política, raza e imagen pública.