Eduarda, después de reflexionar cuidadosamente sobre su futuro, decide postularse nuevamente para el puesto de presidenta municipal, con el único objetivo de asegurarse de que el importante negocio que tiene con Tarek se lleve a cabo sin contratiempos. Con su ambición política y ansias de poder, Eduarda comprende que mantener el control en el ámbito local es clave para asegurar su influencia y consolidar el vínculo financiero entre ella y Tarek.
Mientras tanto, Rodrigo, quien siempre ha sospechado de las verdaderas intenciones de Eduarda, finalmente descubre el verdadero plan que ella está tramando. A través de pequeñas pistas y comportamientos extraños por parte de Eduarda, Rodrigo poco a poco une todas las piezas, y se da cuenta de que todo va más allá de una simple candidatura política. Entiende que hay una conspiración mayor detrás, relacionada con actividades comerciales turbias y beneficios personales.
Al mismo tiempo, Iván, quien ha ocultado su verdadera identidad durante mucho tiempo, decide que ya no puede seguir viviendo en la mentira. Se acerca a Amelia para confesarle toda la verdad. En una conversación cargada de emociones, Iván le revela a Amelia quién es realmente, los secretos que ha guardado durante tanto tiempo y las razones por las que tuvo que ocultar su identidad. La confesión de Iván no solo deja a Amelia sorprendida, sino que también pone su relación en una situación delicada, ya que Amelia debe enfrentarse a las impactantes verdades sobre alguien en quien alguna vez confió plenamente.