La amistad entre el jardinero de los Dodgers de Los Ángeles, Teoscar Hernández, y el bateador designado Shohei Ohtani comenzó antes de que ambos fueran compañeros de equipo.
Su amistad quedó documentada durante los entrenamientos de primavera cuando Hernández le enseñó español a Ohtani, pero mucho antes de eso, como competidores, fue cuando la relación comenzó a desarrollarse.
“Cuando jugábamos uno contra el otro, por alguna razón, él siempre me saludaba y yo lo saludaba”, dijo Hernández en una entrevista con Grandes de las Deportes, “no sé si le agradaba, pero creamos esta dinámica en la que, de la nada, empezamos a hablar mucho. Él venía a mi oficina, me preguntaba cómo estaba y yo hacía lo mismo”.
El vínculo se hizo más fuerte cuando ambos firmaron con los Dodgers la temporada baja pasada.
“Tratamos de crear una relación, especialmente porque ambos éramos nuevos en el equipo. En ese momento, nos sentíamos un poco más aislados, así que encontramos consuelo el uno en el otro. Y así fue como construimos nuestra relación”.
Hernández también compartió una anécdota divertida sobre Ohtani durante su entrevista en relación con su apodo de “El Chino”.
“Sí, hay algunas personas japonesas en el equipo, y los traductores y yo siempre bromeábamos con ellos. Le dije a Ohtani: ‘Mira, yo soy chino dominicano, tú eres japonés y nos llevamos muy bien’. Y se convirtió en una broma recurrente”.
Ohtani es un talento único en una generación, que se destaca tanto como lanzador como bateador. Hernández, por su parte, es un jugador ofensivo excepcional que resultó vital para Los Ángeles en la postemporada, conectando tres jonrones e impulsando 12 carreras. Más allá de sus destacadas contribuciones en el campo, ambos jugadores aportan una energía contagiosa que ha impactado positivamente la dinámica del equipo en el vestuario.
“Él entiende mucho inglés y yo entiendo mucho inglés”, dijo Hernández en abril de 2024. “Pero a veces digo algo y él no lo entiende de inmediato, así que tengo que explicárselo de la manera que yo sé, pero no sé si él [lo entiende]. Pero creo que eso es parte de nuestro trabajo, conocernos, ayudarnos mutuamente y simplemente aprender. Aprendemos juntos un idioma que no es su idioma ni el mío”.
El béisbol es un idioma universal y mientras estén en los Dodgers, el equipo estará de buen ánimo.