Luisa Huertas “Patrimonio Cultural Vivo de la Ciudad de México” revela el poderoso efecto que la actuación ha tenido en su trayectoria vital

Luisa Huertas descubrió desde niña que quería ser actriz. Por casualidad nació en El Salvador, pues su padre, un exiliado español que vivía en México, fue invitado a trabajar allá; cuando éste falleció, ella regresó y aquí ha hecho una carrera que le valió en 2019 el título de Patrimonio Cultural Vivo de la Ciudad de México

LUISA HUERTASLuisa Huertas fue declarada en 2019 Patrimonio Cultural Vivo de la Ciudad de México / Adrián Vázquez/El Sol de México

Froylan Escobar Lara / El Sol de México

Desde los ocho años de edad, Luisa Huertas supo que su destino estaba sobre el escenario. Ser actriz fue un sueño que se convirtió en realidad gracias a su pasión por encarnar personajes, contar historias y por su interés en saber sobre diversos temas.

“A mí que mis tripas sean las que se muevan al interpretar un personaje, sentir cómo me late el corazón en una escena y cómo de pronto mi mano tiembla por alguna emoción que experimente, me apasiona. Me apasiona el reto de entrar al escenario en cada función”, afirmó la actriz miembro del elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro en entrevista con El Sol de México.

Por casualidad, Luisa nació en El Salvador, sin embargo, a los 11 años se mudó junto a su mamá a México y radica aquí desde entonces.

Su padre, un exiliado español que vivía en México, fue invitado a trabajar en El Salvador; se llevó a sus hijos y a su esposa y fue en ese país en donde la actriz nació. En 1962, cuando falleció su papá y la familia regresó a México, aquí comenzó su formación actoral de manera profesional.

Estudió en la escuela de Arte Teatral del INBA y posteriormente en el Centro Universitario de Teatro (CUT). Su debut fue en el Palacio de Bellas Artes, en 1969 con la obra “Sueño de una noche de verano”, de William Shakespeare.

Luisa Huertas protagoniza distintos montajes

Luisa Huertas protagonizó distintos montajes, después su rostro se popularizó aún más cuando saltó a la televisión con melodramas como “La venganza” (1977), “Viviana” (1978), y “El ángel caído” (1985).

Para 1986, incursionó en el cine; colaboró con el director mexicano Arturo Ripstein en el filme “El imperio de la fortuna”. “Hacía tiempo que Ripstein y yo nos conocíamos, nos caíamos muy bien y un día me dijo oye: ‘qué buena actriz eres, ¿por qué no haces cine?’ Y le contesté: ‘porque no me llamas’”, recordó entre risas.

“Un día me enteré que estaba haciendo casting en los Estudios Churubusco y fui, no había dónde sentarse, me senté en el suelo a esperar y de pronto sale a buscar a alguien y me ve y me pregunta que qué hacía ahí, que me levantara y le dije que venía a ver si había un papel para mí”, compartió.

En ese momento, el director no tenía un papel para ella, pero le pidió ayuda para realizar un casting. Acto seguido llegó la oportunidad del largometraje “El imperio de la fortuna”, y recuerda que al momento de leer el guion, quedó enamorada.

Su racha con Ripstein continúo en filmes como “Mentiras piadosas” (1989), que le valió un Premio Ariel en la terna de Coactuación femenina; “Principio y fin” (1993) y “La reina de la noche” (1994).

Arturo Ripstein“Profundo carmesí”. / Foto: Cortesía: IMCINE

Otra de las cintas que más recuerda es “El crimen del padre Amaro”, de Carlos Carrera, con la adaptación del guion de Vicente Leñero, inspirado en la novela de Eça de Queirós. Antes de aceptar su personaje, la actriz leyó la novela original, por lo que supo que dicho proyecto sería de los más importantes para desarrollar.

“Ya había trabajado con Carlos Carrera, había un lenguaje común porque Carlos es de los grandes cineastas de este país, lo quiero y admiro mucho. Estar en esa película y hacer esa denuncia, a mí se me hizo muy importante.

“Cuando se estrenó en Los Ángeles llegué en el coche y al entrar a la alfombra, de pronto escuché rezos por los altavoces, dije qué buena onda que hayan ambientado así, pero era un mitin católico, iba yo con un joven amigo y le dije: ‘me voy a voltear así y tú me tapas porque si me ven, capaz que me agreden’ porque sí los oí que estaban muy enardecidos”, rememoró.

Luisa Huertas suma 55 años de carrera

Luisa puede transitar de un género a otro sin problemas, luego de demostrar su talento en dramas, también se adentró al terror, con la cinta “Kilómetro 31”, de Rigoberto Castañeda y siguió con el filme de Ernesto Contreras “Párpados azules”, en el que una mujer se gana un viaje para dos personas y no tiene con quién ir, por lo que se reencuentra con un amigo del pasado, con el que intentará conectar antes de la aventura.

“Gracias a la vida que me ha dado tanto, como diría Violeta Parra; ha sido de altas y bajas, de momentos de angustia, de carencias económicas, de todo desde la juventud, pero iluminada y sostenida siempre por algo: la pasión por actuar, el saber que mi manera de vida es la actuación y que para mí actuar es tan importante como respirar.

“Cuando tú estás convencido de algo así, hay tormentas, hay momentos de gran luz, hay momentos de rabia, pasas por muchas etapas, pero al final estás en lo que te gusta hacer, en lo que haces que se convierte en un reto cada que vez que asumes un trabajo”, dijo.

Hasta el momento, Luisa Huertas suma 55 años de carrera, más de 80 obras de teatro y 50 películas. Es cofundadora y actualmente directora general del Centro de estudios para el uso de la voz (CEUVOZ) y, en 2019, al celebrar cinco décadas de trayectoria profesional como actriz, fue nombrada Patrimonio Cultural Vivo de la ciudad de México por parte de la ahora presidenta Claudia Sheinbaum.

En 2021 recibió la Medalla Cátedra Bergman de la UNAM, un año después el Congreso de la capital le otorgó la Medalla al Mérito Artístico en Artes Escénicas y el INBAL le dio la Medalla Bellas Artes en el área de Teatro; además es maestra del Centro Universitario de Teatro.

Comparte su pasión con sus alumnos

Como maestra, cuenta, “muchas veces yo les he dicho a mis estudiantes que la profesión de actor es tan seria o más como otras carreras, necesita que todo el tiempo te estés actualizando así como los médicos se gradúan de médicos generales, después tienen que seguir estudiando para adquirir una especialidad y si quieren ser buenos en su especialidad todo el tiempo se tienen que estar actualizando, igualito los actores, todo el tiempo tienen que estar mejorando.

“Es una de las carreras más serias porque tienes que conocer al ser humano, porque para ser un actor creador necesitas conocer de psicología, de pintura, música, política, sociología, religión, de todo, tienes que ser un compendio de cultura para de pronto poder meterte y ponerte en los zapatos de tal o cual personaje”, sostuvo.

Aunque en los últimos años ha destacado en series como “La casa de las flores” (2020), “Lalola” (2024), “Tengo que morir todas las noches” (2024) y cintas como “Cosas imposibles” (2021), “No nos moverán” y “El candidato honesto”, su objetivo es continuar siendo actriz, no asumir cargos de dirección ya que, si bien se puede desarrollar sin problemas, no es algo que le llame la atención.

“En todo caso sería dirección de actores, eso es lo que me gusta, lo he hecho y en todo caso es lo que más me interesaría pero yo tengo mentalidad de actriz, lo que me gusta es encarnar personajes transformarme en otro.

“Creo que la mentalidad de un director debe concebir todo un mundo y tesis y cosas que, creo que tengo la capacidad de hacer también, pero no es ahí donde me interesa más”, confesó.

La actriz de 73 años disfruta de cada momento personal y profesional. En algún momento se arrepintió de perder papeles por compromisos teatrales, pero entendió que la vida la compensa con otras bendiciones, como ser una reciente abuela.

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