El murciano regresará al segundo puesto si es capaz de ganar el título en el principado monegasco
Berrettini vs. Zverev: 2-6, 6-3 y 7-5 Montecarlo Masters 1.000 (1/16 final)
Alexander Zverev nunca ha ganado un ‘Grand Slam’ y mucha gente pregunta las razones. La respuesta está en sus resultados tras la final del Open de Australia.
Tuvo opciones de ser número 1 ATP, por la suspensión de tres meses a Jannik Sinner, y ha encadenado una decepción detrás de otra: cuartos de Buenos Aires y Río de Janeiro, octavos de Acapulco, segunda ronda de Indian Wells, octavos del Miami Open y segunda ronda de Montecarlo.
En seis torneos ha sumado tan sólo 320 puntos. Su último verdugo ha sido Matteo Berrettini, con un tanteo de 2-6, 6-3 y 7-5, en 2 horas y 28 minutos. Sinner seguirá de líder del circuito masculino cuando regrese el 7 de mayo en las pistas del Foro Itálico de Roma.
De esta forma, Carlos Alcaraz tendrá opciones de arrebatar a Sascha el segundo puesto de la clasificación mundial. Todo pasa por coronarse el próximo domingo en la central del Montecarlo Country Club.
Berrettini pega de revés.
Los aficionados, al grito de Matteo
Zverev y Berrettini viven los dos en Mónaco aunque toda la grada iba con el italiano. Las polémicas, sobre todo por las denuncias de malos tratos, han dejado al alemán sin el beneficio de la duda y sin la simpatía de la grada.
El lenguaje corporal del jugador de Hamburgo, a la conclusión del segundo set, hacía presagiar la tragedia. Matteo sólo le había ganado a él entre los ‘top10’ en polvo de ladrillo. Fue en el TMS de Roma, 2019. Repitió aunque esta vez derrotando al número dos. La victoria de más prestigio en su carrera. Magnus Larsson, en la edición de 1997, había sido el último capaz de eliminar al primer cabeza de serie de Montecarlo tras ceder el primer set.
Sascha hizo un ‘break’ en el décimo juego de la manga de desempate cuando restaba para perder. El marcador era de 5-5. De poco le sirvió porque a continuación hizo una doble falta que resucitó a su rival, capaz de cerrar el triunfo sin la necesidad de acudir a la muerte súbita.