Laura Barquero fue sancionada tras dar positivo en 2022 y 2023, mientras que la resolución del italiano es diferente
Laura Barquero y Marco Zandron en una actuación | Nacho Casares (COE))
Misma sustancia, distinta resolución. En un giro inesperado en el deporte, la patinadora artística española Laura Barquero recibió una sanción de seis años por dar positivo en dos ocasiones, 2022 y 2023, por clostebol, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Esta decisión contrasta marcadamente con la de Jannik Sinner, el joven tenista italiano, quien solo ha sido suspendido por tres meses tras un caso similar.
Barquero, conocida por sus actuaciones en el patinaje sobre hielo, enfrentó su primer positivo en los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín 2022. El segundo positivo vino poco después, lo que llevó a la AMA a imponer una sanción récord de seis años (abarca del 22 de febrero de 2022 al 21 de febrero de 2028), argumentando la reincidencia y la necesidad de mantener la integridad del deporte. La patinadora ha alegado que la ingesta de clostebol fue accidental, resultado de la aplicación de Trofodermin, una crema cicatrizante que contenía la sustancia prohibida, sin su conocimiento.
Barquero, junto a Marco Zandron, acabó undécima en la final de patinaje artístico de los Juegos de Invierno de Pekín 2022. Pero pocos días después se conoció que la española, que entrenaba en Italia, había dado positivo por clostebol debido a una crema, Trofodermin, que le había dejado una compañera, pero no llegó a usar. La misma que usó el fisioterapeuta de Sinner para cicatrizar una herida y que habría pasado al cuerpo del tenista al darle un masaje.
El segundo positivo ya es algo más complicado. Tuvo lugar a principios de 2023, cuando Barquero y Zandron entrenaban para retornar en los Mundiales. En un control previo, a la española se le volvió a detectar clostebol. Este segundo positivo se consideró una reincidencia, por lo que podrían ser otros cuatro años de castigo que se habrían elevado a ocho, pero las partes decidieron llegar entonces a un acuerdo, que incluye el reconocimiento de que no hubo intencionalidad, y la sanción quedó en seis.
Por el otro lado, Sinner, una de las promesas del tenis mundial, ha sido sancionado con tres meses tras un acuerdo con la AMA, reconociendo también que el positivo se debió a una contaminación accidental por el mismo producto. La diferencia en las sanciones ha generado un debate intenso sobre la consistencia y equidad en las políticas antidopaje.
Jannik Sinner durante un torneo de tenis
Barquero, junto a Marco Zandron, acabó undécima en la final de patinaje artístico de los Juegos de Invierno de Pekín 2022. Pero pocos días después se conoció que la española, que entrenaba en Italia, había dado positivo por clostebol debido a una crema, Trofodermin, que le había dejado una compañera pero no llegó a usar. La misma que usó el fisioterapeuta de Sinner para cicatrizar una herida y que habría pasado al cuerpo del tenista al darle un masaje.
Ambos casos han puesto bajo la lupa las regulaciones antidopaje, la interpretación de las intenciones y las consecuencias de las sanciones, especialmente cuando se trata de contaminaciones involuntarias. La comunidad deportiva y los seguidores de ambos atletas están en espera de más aclaraciones y, quizás, de una revisión de las directrices de la AMA para asegurar un enfoque más uniforme y justo en el futuro.