“Ni los dioses del motor pudieron frenarlo: Marc Márquez se corona en el fin de semana más esperado del calendario — un rugido que sacude la historia”

Así gestó su victoria a sangre fría en una pista que no le gusta

Marc Márquez, con Viñales y Bagnaia, en el podio.

 

‘A sangre fría’ es una de las novelas más importantes del siglo XX y, posiblemente, de la historia. En ella, Truman Capote narra unos crímenes que conmocionaron a Estados Unidos. Tuvo tanto éxito, por su estilo detallista, que la expresión alcanzó al gran público y está admitida cuando alguien realiza una acción con una templanza asombrosa, cerebralmente y sin dejarse llevar por los sentimientos o la pasión.

Es perfectamente aplicable a lo que hizo Marc Márquez con sus rivales en Qatar, porque, de nuevo, el ilerdense hizo lo que quiso. Estudió la situación y su peculiar manera de pilotar y percibió que le convenía ir despacio al comienzo porque de otro modo destrozaría sus gomas, para forzar al final, asestando el golpe definitivo. Dicho y hecho, aunque desesperara a algunos.

La relevancia de Lusail

El leridano la consideró como la mejor de sus tres victorias de este curso. “Para mí, este es el fin de semana más importante de la temporada, porque Tailandia, Argentina, Austin… eran buenos circuitos para mí, pero aquí era el primer circuito donde yo decía: ‘Quizás aquí me va a costar un poco’. Sabía que Pecco, y Álex y Di Giannantonio, y algunos pilotos son súper rápidos aquí, pero, sencillamente, he trabajado muchísimo durante el fin de semana. Di un paso en las curvas rápidas a derechas, que era un paso muy importante a conseguir y en la carrera hice una estrategia distinta para gestionar el neumático delantero. Sabía que así, a lo mejor Pecco llegaría, porque he desacelerado mucho la carrera. Morbidelli ha tirado mucho hacia adelante, pero a mí no me importaba, controlaba mi neumático delantero. Yo tiro mucho de tren delantero, por mi estilo, y en este circuito nos cuesta mucho. Así que esperé y cuando me adelantó Pecco, dije: ‘Ahora empieza la carrera’. Empecé a apretar más y cuando adelanté a Viñales, tiré más de tren delantero y es donde di el paso”, confesó después.

Morbidelli lidera en Lusail.

Morbidelli lidera en Lusail.EFE

El de Cervera ha estado todos los días reflexionando sobre que otros irían mejor, pero fue capaz de hacer su cuarta pole, con récord, imponerse en el Sprint, con la vuelta rápida, y ganar la prueba larga, igualmente con el giro más veloz. Y eso que sigue sorprendiéndole todo. “De manera inesperada para mí, porque no olvidemos que estamos en Qatar, yo fui el más rápido en pista”, proclamó.

Pero este Marc ha adquirido tal dominio sobre su máquina, la poderosa Ducati GP25, y la situación, que sólo un error propio puede frenarle, como ocurrió en Texas. Eso dio algo de moral a sus contrincantes, pero el mazazo de Lusail contrarresta todo.

Los lamentos de Pecco

Bagnaia admitía que contra este Marc no se puede permitir fallos como el de la caída de la Q2 y se ponía deberes para mejorar con el depósito pequeño. “Me da rabia. Como siempre, el sábado no puedo y el domingo, sí. Quiero entender el porqué, que también el sábado pueda luchar y adelantar. En esta carrera podía hacerlo y las cosas me han salido mejor. La prioridad es entender qué tengo que hacer diferente. Estoy contento con el resultado, saliendo undécimo te pueden pasar cosas, puede haber toques. La lucha con Morbidelli me ha costado el agarre de atrás. Ya me quedé sin neumático. Este fin de semana la he cagado. No puedo volver a cometer ese error, porque en un circuito bueno para mí, que también es bueno para Marc, porque, al final, siempre ha luchado por la victoria o delante, pero es verdad que yo aquí podía tener más posibilidades que él y he terminado detrás. Tengo que mejorar”, expuso en DAZN.

Marc, con el 1.

Marc, con el 1.LAPRESSE

Pecco salvó más puntos por la sanción de 16 segundos por la presión de los neumáticos a un enorme Maverick Viñales, quien con la KTM, rozó el triunfo. “Por un momento, pensé que podía ganar”, admitió. Un jarro de agua fría para el gerundense, que, con todo, dejó su sello.

Álex Márquez no fue segundo, sino sexto, también porque se enredó en la tela de araña que tejió su hermano. Tuvo un toque con él y, después, otro con ‘Diggia’, por el que fue penalizado. “Tenemos la velocidad y estos errores hay que pulirlos, a mirar hacia adelante”, intentaba consolarse.

El triunfador, el de siempre: el mayor de los Márquez, que, de paso, superó a Ángel Nieto, al sumar 91 victorias en el Mundial. Un Maestro.

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